La historia se encuentra presente en cada sitio de nuestra región, cada lugar tiene algo que contar, desde la forma en que fue construido, hasta los eventos que ahí se han desarrollado a lo largo de los años, incluso, algunos sitios han jugado papeles importantes en el destino de la ciudad.

Tal es el caso del edificio ubicado en el cruce de las calles Ignacio Mariscal y la calle Miguel Hidalgo, en la Zona Centro de Ciudad Juárez, y su origen se remonta al año de 1776 cuando en ese lugar se integra el Consistorio Municipal, donde se comienzan a tomar las decisiones importantes que dan rumbo a la ciudad, entonces llamada Villa Paso del Norte.

Es justo en la esquina de lo que ahora es la calle Mariscal e Hidalgo, a un costado del edificio, donde se da la ruptura entre Francisco I. Madero y Pascual Orozco, después de la Toma de Ciudad Juárez, ya que Madero hace un nombramiento dentro de su nueva estructura de gobierno, que no le parece al revolucionario Orozco, según relata José Luis Hernández Caudillo, integrante del grupo “El Juárez de Ayer”.

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“Cuando ocurre la Toma de Ciudad Juárez, nadie pensaba que Madero le iba a dar el cargo equivalente a lo que hoy es secretario de la Defensa a Venustiano Carranza, y pues Villa y Pascual Orozco, se sorprenden, pues este último pensó que iba a ser él, quien ocupara ese cargo, entonces al día siguiente del evento, Pascual Orozco le dice a Villa que junte a todas sus tropas y las ponen a un costado, en la Hidalgo, y cuando sale Madero de la Presidencia, lo agarra del cuello y le reclama cuestionando sobre cuándo Carranza se había ensuciado los zapatos en batalla. Ahí es cuando rompen Orozco y Madero”, comparte Don José Luis.

Muros y memoria de la ciudad

De acuerdo con los registros del Archivo Histórico de Ciudad Juárez, Valentín Oñate fue el primer presidente municipal que despachó desde este edificio. El archivo municipal fue rescatado por el profesor Armando Chávez, quien lo encontró en un cuarto abandonado del inmueble.

Otro evento que marcó al edificio y la historia de la ciudad fue el atentado y homicidio del presidente municipal José Borunda Escorza. En abril de 1938 el alcalde recibió un paquete y este explotó, él murió en el lugar. “Tenía poco de haber tomado el cargo, en enero de ese mismo año”, cuenta Don José Luis.

El alcalde abrió el paquete y la explosión sacudió al edificio que por tres siglos fue la sede de los poderes de la ciudad, primero como sede de la Comandancia General de las Provincia Internas en la época colonial y después como capitanía de Presidio hasta llegar a ser despacho de los jefes políticos y al último los presidentes municipales.

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Su aspecto desde el exterior es imponente, con acabados en cantera y tezontle, sin embargo, no siempre se vio así, ya que fue hasta el año de 1942 que se le agrega la planta alta y en 1947, por instrucción del entonces presidente municipal, Carlos Villarreal, se ordena la colocación de este tipo de piedra y desde entonces se mantiene casi intacta tras su última remodelación.

Los visitantes que llegan a este lugar son recibidos por una puerta de madera tallada en forma de arco que se encuentra justo debajo del balcón principal, una vez adentro el punto que llama la atención es un libro de bronce justo en el centro del recibidor, en el cual fue transcrita una carta con fecha del 26 de enero de 1865 del entonces presidente de México Don Benito Pablo Juárez García, el cual se encontraba en esta frontera, a Don Matías Romero, en Washington.

Es al pie de la escalera doble que con un mural se representa la historia de la ciudad, desde su origen con el misionero Fray García de San Francisco y los indios Mansos, hasta la entrega de El Chamizal a México al expresidente Gustavo Díaz Ordaz en el año de 1967.

Una vez en la planta alta, justo donde terminan las escaleras, se encuentra una puerta de madera con ventanas de vidrio que en su interior ha logrado detener el tiempo, pues ahí está la sala de Cabildo, intacta como la última vez que se usó, en sus paredes, las fotos de todos los mandatarios municipales hasta 2016, acompañadas de dos cuadros, en la pared norte una pintura de Benito Juárez, mientras que justo al frente hay un cuadro del padre de la nación, Miguel Hidalgo y Costilla.

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Pablo Navarro

En el centro del salón aún se conserva una mesa en forma rectangular con un total de 19 sillas a su alrededor, al verlo no se puede evitar pensar cómo habrán sido las reuniones de los funcionarios y sobre todo la vista que este lugar ofrecía desde los balcones, en especial el central, en el que los alcaldes daban el Grito de Independencia cada 15 de septiembre.

Justo a un costado de la sala de Cabildo, en la parte norte, está la que fue la oficina del edil municipal, un cuarto totalmente cubierto con madera, que en la parte superior tiene un candelabro metálico que cuelga de una viga de madera tallada, justo como las que adornan el interior de la Misión de Guadalupe y finalmente en la pared de la cabecera el escudo de Ciudad Juárez.

El Cabildo vacío

Para el año de 1983 el Gobierno Municipal cambiaría de sede, pues el edificio ubicado en el Centro ya no sería suficiente para las necesidades de los juarenses ni de la ciudad, la cual comienza a tener un crecimiento importante debido a la llegada de la industria de la manufactura y de población que migra a la frontera en busca de mejores oportunidades, es en ese momento que se inaugura el edificio administrativo Benito Juárez, justo a unos metros del bordo entre México y los Estados Unidos.

“Es el alcalde Reyes Estrada quien decide hacer la unidad administrativa en Francisco Villa y David Herrera Jordán, cerca del Malecón, entonces la Antigua Presidencia deja de funcionar como tal en 1983, y después en una ocasión, no hace mucho tiempo, un alcalde decide dar el Grito de Independencia nuevamente en el balcón de la Expresidencia”.

Actualmente, el edificio funciona como una dependencia municipal, es el Centro Municipal de las Artes (CEMA) donde se imparten clases de música, danza, teatro y artes plásticas, además de ser la sede de exposiciones fotográficas y de artistas locales con pinturas y, en ocasiones especiales, se llevan a cabo sesiones solemnes de Cabildo.

La Antigua Presidencia, un lugar que sigue siendo el punto de encuentro para los juarenses, un lugar que desde su creación ha protegido a los juarenses y que aún se mantiene en pie, orgulloso de su origen, de su historia y de lo que representa para la ciudad.

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Pablo Navarro