Buenos Aires.- “Los discursos de odio también matan” o “A la patologización y al clóset no volvemos nunca más” fueron algunas de las pancartas más representativas de la 33ra marcha del orgullo de Buenos Aires, la primera de la era del presidente Javier Milei, que reunió este sábado a miles de personas en un colorido ambiente en la capital argentina.

La marcha, la primera en varios años en que la financiación corre a cargo de fondos de gobierno locales y de 29 embajadas y en que el gobierno ha retirado su apoyo al evento, transcurrió en un clima festivo llamando a las protestas contra las políticas gubernamentales, como el rechazo al cierre de organismos como el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) u otros espacios de diversidad.

Milei se ha distanciado de las políticas de diversidad y los activistas lo consideran contrario a éstas.

“Los discursos de odio del Gobierno y de algunos medios de comunicación matan. No es libertad, es odio”, afirmaron en sus redes las organizaciones convocantes de la Marcha del Orgullo. En la jornada 30 representantes de países agrupados bajo el nombre Diplomáticos por la Igualdad, entre ellos Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania, Francia y la Unión Europea, emitieron una declaración conjunta expresando su solidaridad con la comunidad LGBTIQ+ en Argentina y la defensa de los derechos humanos.

“Se notan los cambios, se nota que hay mucha homofobia, lo veo en el día a día, creo que en vez de avanzar retrocedimos con este tema”, explicó a The Associated Press Karol Castillo, estudiante que acude cada año acompañada de amigos y familia a esta cita con el orgullo.

“Estamos en un momento en que es crucial estar en la calle. Argentina ha estado a la vanguardia en derechos a nivel internacional, gracias a mucha lucha y a mucha participación ciudadana”, afirmó la argentina-estadounidense Vanesa Dicecco.

Vestido de la reina María Antonieta que se hizo famosa por su frase “Si no tienen para comer pan que compren pasteles”, uno de los manifestantes, Mariano Compaired, reivindicaba que “este gobierno es igual de cínico" que la reina francesa. "Los que no tienen para comer que se mueran, esto no es un disfraz, es un outfit, esto es política, esto es revolución y mientras más nos quieran matar, más nos reproducimos, no se olviden que nos reproducimos de personas hetero”, señaló, sin perder el humor ni la ironía.

“Es mi tercer año en este desfile, me gusta”, afirmó la rusa Diana Petrova, que participó en la marcha. “Me gusta tomar choripán antes del desfile. En Rusia esto está prohibido”.

En el marco de austeridad dentro de su plan para reducir el Estado al mínimo, Milei cerró de forma definitiva en febrero el INADI y otros organismos públicos, argumentando que “no sirven para nada”, lo que disparó las críticas de sectores políticos y sociales.