Ciudad Juárez.- La capirotada es un platillo que llegó a México durante la colonización y se consolidó como un postre tradicional de cuaresma, ahora se ha hecho una receta mexicana que se transmite de generación en generación.

La señora Josefina Domínguez abrió su tienda "Abarrotes Elvira" en la colonia Partido Romero en 1985, en la esquina de la calle Perú y José Borunda. Con la tradición que se ha generado en la comunidad por la venta de burritos y otros alimentos que prepara su familia, se ha popularizado su sazón.

Ahora, su hija Evelia Solís compartió la receta de la capirotada que tienen en venta. Comezó como un alimento para comerse en familia, pero otros quisieron probarla y desde hace 10 años ofrecen porciones de 250 gramos a la venta.

La receta que preparan es inspirada en su madre, la señora Josefina, la cual incluye pan blanco dorado y frito, endulzante y decoraciones de frutos secos.

"Nosotros la hacemos con la receta de ella, lleva la tradicional canela, clavo, piloncillo, azúcar; la hacemos muy austera, nada más lleva las pasas, el coco y la gragea. Cuando ya está preparada y mojadita con el endulzante le ponemos arriba para decorarla", explicó.

Los insumos los obtienen de los proveedores que regularmente llegan a la tienda, sin embargo, para mantener un precio accesible han optado por no utilizar nuez y cacahuate, que según la señora Josefina, luego hace que esté muy dura y es mejor el sabor dulce del pan con las pasas.

La experiencia y el sabor que los clientes tienen al probarla han sido de tal agrado que les han compartido que les recuerda al sabor de la receta de sus madres o sus abuelas.

"Es que la gente ya casi no cocina y busca más bien la comida preparada. Nosotros no le ofrecemos comida de cuaresma, pero sí le tenemos su capirotada, igual todo lo necesario para hacerla, aunque ya casi no se compra", mencionó Evelia.

El nombre de este platillo de cuaresma proviene de “capirote”, como se le conoce a los gorros altos y puntiagudos que usan algunos sacerdotes en las procesiones de Semana Santa.

Esta palabra aparece registrada en recetarios de la Nueva España como un plato de vigilia en el libro de cocina de Fray Gerónimo de San Pelayo, de alrededor de 1780.

Un significado para cada ingrediente

El que la receta haya sido registrada por un fraile no es todo su aspecto religioso, sus principales ingredientes tienen un significado.

"El pan duro alude al cuerpo de Cristo un poco desmejorado mientras que la miel de azúcar y piloncillo asemeja su sangre; la canela hace referencia a la madera donde fue crucificado y los clavos al material que se utilizó para ponerlo en la cruz", explica un artículo de registros culinarios mexicanos.

Se dice que el queso hace referencia a la manta blanca con que se le cubrió mientras que otros ingredientes como las chispas de sabores, los frutos secos o el coco rallado son más actuales y se agregaron después dependiendo de la preferencia de quien lo prepara.

Aunque es un platillo típico de la vigilia en México, otros países como Venezuela, Estados Unidos, Puerto Rico, Guatemala y Reino Unido tienen su propia versión.