Varsovia.- Las inundaciones masivas que afectaban a Europa Central amenazaban a nuevas zonas y preocupaban a vecinos y autoridades. También motivaron una visita el jueves de la máxima ejecutiva de la Unión Europea, Ursula von der Leyen.

Los aguaceros también provocaron inundaciones y un millar de evacuaciones en la región norteña italiana de Emilia-Romaña.

La cifra de muertos subía en Centroeuropa conforme las aguas se retiraban y mostraban el alcance real de la destrucción provocado por unas lluvias excepcionales durante la última semana.

En el maltrecho nordeste de República Checa, el ministro del Interior, Vít Rakušan, dijo que la cifra de muertos había subido a cinco, lo que elevaba a 24 el total de la región. Había ocho desaparecidos, señaló.

Las autoridades también han reportado siete muertos en Polonia, siete en Rumanía y cinco en Austria.

Como en todo el área afectada, las autoridades han desplegado soldados en las zonas más afectadas del nordeste de República Checa. Se sumaban a los bomberos y otras personas que ayudaban a los vecinos con la limpieza y esfuerzos de recuperación. Se han empleado helicópteros militares para distribuir ayuda humanitaria, y las tropas también construirán puentes temporales después de que muchos se vieran destruidos en las riadas.

Unas 400 personas seguían en centros de evacuación en la capital de la zona, Ostrava, y aún no podían regresar a casa. En el suroeste del país, cerca de la frontera con Austria, el nivel del agua había alcanzado un nivel extremo en el río Luznice, pero por el momento no era necesario evacuar a los 1.000 habitantes de Veseli nad Luznici, según las autoridades.

Más al sur, en Hungría, el agua seguía subiendo el jueves y las autoridades cerraron carreteras, estaciones de tren y líneas de ferri en el río Danubio.

En la capital, Budapest, el agua invadió los barrios más bajos de la ciudad y amenazaba con llegar a infraestructura de transportes como tranvías y líneas de metro. Algunos servicios de transporte se suspendieron. Río arriba, en una región conocida como el Recodo del Danubio, viviendas y restaurantes junto a la orilla quedaron inundados mientras funcionarios y voluntarios seguían colocando sacos terreros para reforzar diques.

Se han movilizado casi 6.000 profesionales, incluidos miembros de la autoridad húngara de agua y el ejército, para asistir en los preparativos, indicó el primer ministro, Viktor Orbán, en una conferencia de prensa el jueves por la mañana.

También se han movilizado reos de prisiones para ayudar a llenar sacos terreros, dijo Orbán.

El Danubio subió casi un metro (3,3 pies) en 24 horas, y para el jueves por la mañana estaba a 771 centímetros, acercándose al récord de 891 cm marcado en las grandes inundaciones de 2013.

En el suroeste de Polonia, las crecidas llegaron a la ciudad de Breslavia y se esperaba que durasen muchas horas, incluso días, lo que aumentaba la presión sobre los diques.

Preocupado por el alcance de la destrucción y la necesidad de prestar ayuda inmediata, el primer ministro, Donald Tusk, invitó a Von der Leyen a viajar a Breslavia y ver la situación de primera mano. También estaba previsto que asistieran líderes de República Checa, Eslovaquia y Austria.

Más lejos, en Italia, en torno a un millar de personas fueron evacuadas en la región norteña de Emilia-Romaña tras lluvias torrenciales y graves inundaciones durante la noche, según dijeron medios locales el jueves.

Los ríos anegaron tres de las provincias de la región —Rávena, Bolonia y Faenza— y los alcaldes locales pidieron a la gente que se mantuviera en pisos superiores o abandonaran sus casas.

Al menos 800 residentes de Rávena y casi 200 de la provincia de Bolonia pasaron la noche en refugios, escuelas y centros deportivos mientras los ríos locales se desbordaban.

Los trenes se suspendieron y las escuelas cerraron en las zonas afectadas, y se advirtió a la población que evitara los desplazamientos y trabajara desde casa si era posible.