Sebline.- La guerra en la Franja de Gaza siempre fue algo personal para muchos refugiados palestinos en Líbano.
Una gran cantidad de ellos vive en campamentos establecidos después de 1948, cuando sus padres o abuelos huyeron de sus viviendas en el territorio que se convirtió en Israel, y han seguido con consternación todo un año de noticias de destrucción y desplazamientos en Gaza.
Aunque los ataques aéreos israelíes en Líbano han provocado la muerte de algunas figuras prominentes de Hamás y de otros grupos armados palestinos, los campamentos que albergan a muchos de los aproximadamente 200.000 refugiados del país parecían relativamente seguros para la población en general.
Esto ha cambiado.
Decenas de miles de refugiados han huido desde que Israel lanzó una ofensiva en Líbano contra Hezbollah, en medio de una escalada de la guerra en Oriente Medio. Muchas personas parecen estar viviendo los horrores que antes veían en sus pantallas.
El terror en una pequeña pantalla se convierte en una realidad personal
Manal Sharari, del campamento de refugiados de Rashidiyeh, cerca de la ciudad costera de Tiro, en el sur del país, solía tratar de proteger a sus tres pequeñas hijas de las imágenes de niños heridos y asesinados en la guerra en Gaza mientras seguía las noticias “minuto a minuto”.
En las últimas semanas, no pudo protegerlas de los sonidos de las bombas que caían en las inmediaciones.
“Tenían miedo y se ponen nerviosas cada vez que escuchan el sonido de un ataque”, dijo Sharari.
Hace cuatro días, las fuerzas militares israelíes advirtieron a los residentes del campamento que evacuaran mientras lanzaron una una incursión terrestre en el sur de Líbano —similar a la serie de órdenes de evacuación que ha enviado a los residentes de Gaza que, durante meses, han huido de un lugar a otro en el enclave.
Sharari y su familia también huyeron. Actualmente, se alojan en un centro de capacitación vocacional convertido en un refugio para desplazados, dirigido por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio (UNRWA, por sus siglas en inglés) en la ciudad de Sebline, a 55 kilómetros (34 millas) al norte. Alrededor de 1.400 personas viven en el lugar.
Mariam Moussa, del campamento Burj Shamali, que también está cerca de Tiro, huyó con su familia extendida hace casi una semana, cuando comenzaron los ataques en las afueras del campamento.
Antes, comentó, “veíamos las escenas de Gaza y lo que ocurre ahí, la destrucción, los niños y las familias. Y al final, tuvimos que huir de nuestras casas, igual que ellos”.
El mundo se prepara para más refugiados
Los funcionarios israelíes han dicho que la ofensiva terrestre en Líbano, al igual que la semana de intensos bombardeos que la precedió, tienen como objetivo alejar a Hezbollah de la frontera y permitir que los residentes del norte de Israel vuelvan a sus casas.
El grupo político-paramilitar libanés comenzó a lanzar cohetes contra Israel en apoyo de Hamás, su aliado, un día después de la incursión del grupo palestino en el sur de Israel el 7 de octubre y de la consiguiente ofensiva israelí en Gaza.
Israel respondió con ataques aéreos y bombardeos, y ambos bandos pronto quedaron enfrascados en un conflicto de baja intensidad que ha durado varios meses y que ha escalado notablemente en las últimas semanas.
Las autoridades libanesas afirman que más de un millón de personas han sido desplazadas. Los refugiados palestinos son una proporción relativamente pequeña pero creciente. Al menos tres campamentos —Ein el Hilweh, el Buss y Beddawi— han sido alcanzados directamente por ataques aéreos, mientras que otros han recibido advertencias de evacuación o han sufrido ataques aéreos en sus inmediaciones.
Dorothee Klaus, directora de la UNRWA en Líbano, dijo que unos 20.000 refugiados palestinos han sido desplazados de campamentos en el sur.
Hasta el jueves, la UNRWA alojaba a unas 4.300 personas —entre ellas, ciudadanos libaneses y refugiados sirios, al igual que palestinos— en 12 refugios, señaló Klaus, “y esta es una cifra que va a aumentar a un ritmo constante”.
La agencia se prepara para abrir tres refugios más en caso de ser necesario, dijo Klaus.
“Nos hemos preparado durante semanas y meses para esta emergencia”, afirmó.
Los refugiados están desesperados y enfrentan dificultades
Afuera del centro de Sebline, donde se aloja, el ciudadano libanés Abbas Ferdoun abrió una tienda de conveniencia improvisada en la parte trasera de una camioneta. Hace dos semanas, tuvo que huir y dejar atrás su propia tienda en las afueras del campamento de Burj Shemali, y finalmente, terminó en el refugio.
“Libaneses, sirios, palestinos, todos estamos en la misma situación”, dijo Ferdoun.
En Gaza, los centros de la ONU que alojan a desplazados han sido alcanzados por ataques, y las autoridades israelíes han afirmado que esos sitios eran usados por combatientes. A algunas personas les preocupa que ese patrón pueda repetirse en Líbano.
Hicham Kayed, subcoordinador general de Al-Jana, la ONG local que administra el refugio de Sebline, dijo que, en su opinión, “la respuesta (internacional) a la destrucción de esas instalaciones en Gaza fue francamente débil”, por lo que “existe el temor” de que puedan ser atacados en forma similar en Líbano.
Sharari dijo sentirse segura por ahora, pero sigue temiendo por su padre y por otras personas que se quedaron en el campamento, a pesar de las advertencias, y se pregunta si tendrá una vivienda a cual regresar.
Continúa viendo las noticias de forma obsesiva, pero ahora, dijo, “sigo lo que ocurre en Gaza y lo que ocurre en Líbano”.