Las grasas trans son un tipo de grasa insaturada que se encuentra tanto en alimentos naturales como en productos procesados. Durante décadas, estas grasas han sido ampliamente utilizadas en la industria alimentaria debido a sus propiedades de conservación y su capacidad para mejorar la textura y el sabor de los alimentos. Sin embargo, numerosas investigaciones han demostrado que las grasas trans tienen efectos perjudiciales para la salud.

Las grasas trans naturales se encuentran en pequeñas cantidades en productos de origen animal, como la carne y los productos lácteos. Estas grasas se forman en el estómago de algunos animales rumiantes, como las vacas y las ovejas.

Las grasas trans artificiales, también conocidas como grasas trans industriales, se producen mediante un proceso llamado hidrogenación parcial. Este proceso convierte aceites líquidos en grasas semisólidas, mejorando su vida útil y estabilidad. Estas grasas se encuentran comúnmente en alimentos procesados, como margarinas, productos de panadería, frituras y comida rápida.

¿Por Qué son perjudiciales las grasas trans?

Las grasas trans tienen un impacto negativo en los niveles de colesterol en sangre. Aumentan los niveles de colesterol LDL (colesterol "malo") y reducen los niveles de colesterol HDL (colesterol "bueno"). Este desequilibrio en los niveles de colesterol es un factor de riesgo importante para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

El consumo de grasas trans está asociado con un aumento de la inflamación en el cuerpo. La inflamación crónica puede contribuir al desarrollo de varias enfermedades, incluyendo la diabetes tipo 2. Además, las grasas trans pueden empeorar la resistencia a la insulina, una condición en la que el cuerpo no responde adecuadamente a la insulina, lo que puede llevar a niveles elevados de glucosa en sangre.

El impacto negativo de las grasas trans en los niveles de colesterol y la inflamación aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la enfermedad coronaria, los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares. Estudios han demostrado que el consumo regular de grasas trans está asociado con un mayor riesgo de estos problemas de salud.

Además, pueden contribuir al aumento de peso y a la obesidad. Los alimentos ricos en este ingrediente suelen ser altos en calorías y bajos en nutrientes, lo que puede llevar a un consumo excesivo de calorías y al aumento de peso. La obesidad es un factor de riesgo conocido para numerosas enfermedades crónicas, incluidas las enfermedades cardíacas, la diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer.

Muchos países han implementado regulaciones para reducir o eliminar las grasas trans de los alimentos procesados. En 2015, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) determinó que las grasas trans artificiales no eran "generalmente reconocidas como seguras" y ordenó su eliminación gradual de los alimentos. En 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una iniciativa global para eliminar las grasas trans industriales del suministro de alimentos para 2023.

Para evitar las grasas trans, es importante leer las etiquetas de los alimentos. Busca términos como "aceite parcialmente hidrogenado" en la lista de ingredientes, ya que este término indica la presencia de grasas trans. Opta por alimentos frescos y sin procesar siempre que sea posible y elige aceites saludables, como el aceite de oliva, de aguacate o el aceite de canola, en lugar de margarinas y aceites hidrogenados.