Washington.- El republicano Mike Johnson fue reelegido el viernes presidente de la Cámara de Representantes en una primera votación que ganó por escaso margen, superando a los intransigentes del ala dura del Partido Republicano en un tenso enfrentamiento y respaldado por un gesto de apoyo del presidente electo Donald Trump.
La escena incómoda marcó un comienzo de mal agüero para el primer día del nuevo Congreso de Estados Unidos. Un pequeño grupo de republicanos de línea dura se reunió en la parte trasera de la cámara baja, y uno por uno se negaron a votar o eligieron a otro legislador. El rostro de Johnson se tornó sombrío, al reconocer que hay nueva agitación y en un indicio de problemas futuros para él mientras Trump regresa a la Casa Blanca con los republicanos en control de Washington a partir de que él asuma el poder.
Sin embargo, a fin de cuentas Johnson logró convencer a dos disidentes, que a la larga decidieron apoyarlo, y Trump les llamó desde el campo de golf a los legisladores republicanos intransigentes. El recuento final fue de 218-215.
Johnson, visiblemente aliviado, prometió “rechazar seguir como hasta ahora” en su primer discurso con el mazo.
“Vamos a reducir drásticamente el tamaño y alcance del gobierno”, prometió.
El débil control de Johnson sobre el mazo ha amenazado no sólo su propia supervivencia sino también la ambiciosa agenda de Trump de recortes fiscales y deportaciones masivas mientras los republicanos ascienden al poder en la Cámara de Representantes y el Senado. El estrecho margen en la diferencia de votos puso de relieve los desafíos que enfrenta. Incluso el respaldo del propio Trump no garantiza la capacidad de Johnson para mantenerse en el cargo de presidente de la cámara baja.
El líder demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jefferies, intentó dejar atrás la agitación republicana de los últimos dos años, diciendo que era hora de unirse y hacer a un lado la política partidista “para hacer cosas” por los estadunidenses.