Para quienes padecen autismo, algún tipo de discapacidad física, mental o para aquellas personas que requieren de una educación especial, las clases a distancia durante la emergencia sanitaria por Covid-19 se han vuelto más complicadas; sin contar con que las terapias físicas también fueron suspendidas, en la mayoría de los casos, por lo que padres y madres de familia han tenido que buscar soluciones.
Aunque la educación especial en México posee una larga tradición, de forma institucionalizada se inició a mediados del siglo XIX, con la Escuela Nacional de Ciegos, fundada en 1870, seguida por la Escuela Nacional de Sordos, creada en 1861; pero no fue sino hasta la década de 1990 cuando se registraron cambios sustanciales al paso de la integración educativa.
Dichas modificaciones han generado también desconcierto entre los profesionales de la educación especial, debido a que se esfuerzan de manera cotidiana para dar sentido a su trabajo. Y, por otra parte, “la estructura del sistema educativo mexicano abona a la confusión, ya que no proporciona condiciones institucionales óptimas para su desempeño”, explican los investigadores Silvia Romero Contreras e Ismael García Cedillo en un artículo publicado para la Revista Latinoamericana de Educación Inclusiva.
En el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica publicado en el Diario Oficial de la Federación en 1992, se modificó la Ley General de Educación, en cuyo Artículo 41, que permitió hasta 2012 que el país diera paso formalmente al proceso de integración educativa que, a su vez permitió “trabajar desde un modelo médico a un modelo social-educativo”, explican los investigadores Romero y García.
Los servicios de educación especial estaban organizados, antes de la integración educativa, en los llamados Servicios indispensables que atendían a estudiantes con algún tipo de discapacidad: motora, auditiva, visual e intelectual.
“Debido a las barreras que enfrentan estudiantes con necesidades especiales, se debe reforzar la participación y ayuda de padres, madres, a tutores y docentes..."
Jesús Chávez Nevárez, jefe del Departamento de Educación Especial de Seech
Y los servicios complementarios que atendían a niños con problemas de aprendizaje, lenguaje y conducta en los Centros Psicopedagógicos.
Años más tarde se establecieron los Centros de Atención Múltiple, que atienden a niños, niñas y adolescentes con diferentes tipos de discapacidad; incluso atienden personas con discapacidades muy severas o con discapacidad múltiple.
En los tiempos previos a la contingencia sanitaria la educación especial estaba bien organizada con las asistencia directa y presencial de las personas con necesidades especiales y sus profesores y terapeutas; sin embargo, las circunstancias obligaron a crear nuevas formas de convivencia y programas educativos que utilizan en una mayor proporción herramientas tecnológicas que no todas las discapacidades les permiten emplear para su atención.
En las circunstancias actuales para la educación a distancia, son aún más evidentes las condiciones de desigualdad y discriminación, debido a las diferentes formas de acceder a la tecnología.
Por una parte, está la dotación de herramientas suficientes para cada estudiante regular y, por otra, la realidad diferenciada para ajustarse a las necesidades particulares de cada estudiante con algún tipo de discapacidad.
En el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo presentado por la Unesco con el lema: Inclusión y educación: Todos sin excepción 2020, en el marco de los objetivos para el Desarrollo Sostenible, se advierte que “más del 90 por ciento de la población escolar mundial ha sido afectada por los cierres de escuelas provocados por el Covid-19. El mundo se encuentra en medio del trastorno más inaudito de la historia de la educación. Las fracturas sociales y digitales han puesto a los más desfavorecidos en peligro de no seguir aprendiendo y abandonar los estudios”.
El documento señala además que más del 25 por ciento de los docentes de 48 sistemas educativos admiten tener carencias en la formación profesional para enseñar a estudiantes con necesidades especiales.
Subraya también que “las respuestas a la crisis de Covid-19, que afectó a mil 600 millones de estudiantes, no han prestado suficiente atención a la inclusión de todos los estudiantes”.
En el caso del uso de las tecnologías para la educación a distancia, se ha evidenciado que las herramientas de apoyo pueden promover la participación, pero también acentuar la marginación de estudiantes con discapacidad.
Algunas de esas herramientas tecnológicas asistenciales incluyen dispositivos como teclados y controles adaptados, entrada de voz, programas de dictado, así como lectores y amplificadores de pantalla; impresoras tridimensionales para el sistema Braille, entre otros.
Sin embargo, el porcentaje de estudiantes con algún tipo de discapacidad de clase media y baja, carecen de este tipo de tecnología adaptada, lo que dificulta aún su acceso a una educación inclusiva.
Recientemente en el estado de Chihuahua se dio a conocer Personal que los Centros de Atención Múltiple (CAM) preparan la Estrategia Estatal de Atención para estudiantes con algún tipo de discapacidad.
El objetivo es brindar atención personalizada conforme a las necesidades educativas específicas para cada niña, niño y jóvenes que integran esta modalidad educativa.
Estas acciones van de la mano con el programa “Aprende en Casa 2”, promovido por la Secretaría de Educación Pública a nivel nacional, para el ciclo escolar agosto 2020 a julio 2021, aunque todo depende de la extensión de las medidas de prevención de los contagios por la pandemia que marcan el ritmo de los sistemas escolares.
El jefe del Departamento de Educación Especial de Servicios Educativos del Estado de Chihuahua (Seech), Jesús Chávez Nevárez, explica que unos 513 docentes, que laboran en los 29 CAM en el estado, han trabajado en el diseño de nuevas estrategias y programas que permitan desarrollar en sus estudiantes, las habilidades para enfrentar de mejor manera la vida cotidiana.
Septiembre es un mes importante para que el programa estatal quede concluido y se aplique a unos mil 347 estudiantes inscritos en el sistema de Educación Especial para ser atendidos en este ciclo lectivo 2020 dentro del subsistema.
Chávez Nevárez indica que “debido a las barreras que enfrentan estudiantes con necesidades especiales, se debe reforzar la participación y ayuda de padres, madres, a tutores y docentes, para que puedan desarrollar las habilidades que les permitan llevar una vida lo más normal posible y que en la medida de lo posible, sepan valerse por sí mismos, en cuanto a su cuidado y aseo personal, trabajo en casa e incluso hasta en el desarrollo de algún oficio, en el caso de las y los alumnos de mayor edad”.
El programa de Educación Especial para este ciclo escolar contiene estrategias que abordarán temas como el manejo de las emociones, tanto para estudiantes como para madres, padres y tutores, y demás temas relacionados con la salud, convivencia social, familiar y comunitaria durante esta nueva normalidad, así como el reforzamiento de áreas, como el lenguaje.
El maestro Chávez Nevárez recuerda que desde el cierre del ciclo 2019-2020, ya se llevaron a cabo prácticas de la vida cotidiana, entre ellas lavado y tendido de ropa, actividad que permite el desarrollo de habilidades, que incluyen el conteo de objetos, identificación de colores, así como inculcar en los estudiantes el hábito de la limpieza personal.
La Educación Especial representa un importante desafío para todas las personas involucradas en el sistema, pero una mención precisa, explica la Unesco, cómo padres y madres de familia de niños, niñas y adolescente con discapacidad “suelen encontrarse en una situación angustiosa, ya que también necesitan apoyo para identificar y tratar tempranamente el sueño, el comportamiento, la lactancia, la comodidad y el cuidado de sus hijo e hijas”.
Las acciones de programas de apoyo mutuo, entre instituciones y familias, podrían brindar solidaridad, confianza e información suficiente para superar el desafío que representa la Educación Especial.