Washington.- Donald Trump ganó el miércoles en el disputado estado de Georgia, un antiguo bastión republicano que había votado por los demócratas hace cuatro años, lo que, junto con su victoria en Carolina del Norte, redujo las vías de Kamala Harris hacia la victoria y amplió sus opciones de convertirse en el próximo presidente.
Trump tiene 248 de los 270 votos electorales necesarios para ganar la Casa Blanca. El expresidente republicano lidera en Michigan, Wisconsin y Pensilvania. La AP está esperando actualizaciones de votos tardíos del condado de Wayne en Michigan y del condado de Milwaukee en Wisconsin, dos bastiones demócratas que representan la única opción de Harris para ganar en cualquiera de esos estados. En Pensilvania, sus opciones son aún más limitadas. Era demasiado pronto para declarar un ganador en esas carreras.
El único camino de la vicepresidenta demócrata a la victoria pasa por el “muro azul” de Michigan, Pensilvania y Wisconsin.
La multitud en la fiesta organizada por el equipo Harris en su alma mater, la Universidad Howard en Washington, comenzó a retirarse después de la medianoche. Un destacado asesor de la demócrata envió a sus seguidores a casa y apuntó que no hay planes para que la vicepresidenta hable esta noche.
“Continuaremos durante la noche luchando para asegurarnos de que cada voto sea contado. Que cada voz haya hablado”, dijo Cedric Richmond, copresidente de la campaña de Harris. “Así que no escucharán a la vicepresidenta esta noche, pero la escucharán mañana. Estará de vuelta aquí mañana”.
El expresidente republicano, por su parte, tenía previsto dirigirse a sus partidarios a primera hora del miércoles desde la fiesta su campaña en Florida.
Trump ganó Florida, un estado que en su día estuvo más reñido y que se ha inclinado marcadamente a favor de los republicanos en las últimas elecciones. También consiguió victorias claras en bastiones republicanos como Texas, Carolina del Sur e Indiana. Harris ganó Virginia, un estado que Trump visitó en los últimos días de la campaña, y se llevó fortalezas demócratas como Nueva York, Nuevo México y California.
La campaña de Trump apostó que reduciría la ventaja tradicional de los demócratas con los votantes negros y latinos, con el expresidente participando en podcasts centrados en hombres y haciendo apelaciones raciales explícitas a ambos grupos. A nivel nacional, los votantes negros y latinos parecían ligeramente menos propensos a apoyar a Harris de lo que estaban a respaldar a Joe Biden hace cuatro años, y el apoyo de Trump entre esos votantes parecía haber aumentado ligeramente en comparación con 2020, según AP VoteCast.
El futuro de la democracia parecía ser el motor principal para los simpatizantes de Harris, una muestra de que el persistente mensaje de la candidata demócrata durante los últimos días de campaña —acusando a Trump de ser un fascista— pudo haber tocado fibras sensibles, según AP VoteCast. El sondeo de más de 110 mil votantes a nivel nacional también reveló a un país sumido en la negatividad y desesperado por un cambio. Los partidarios de Trump se concentraban principalmente en temas como la inmigración y la inflación, dos temas que el exmandatario ha estado explotando desde el inicio de su campaña.
En sus visitas recientes a Carolina del Norte, Trump se aprovechó de los graves daños causados por el huracán Helene, difundiendo afirmaciones falsas sobre la respuesta del gobierno federal y utilizando GoFundMe para recaudar millones en donaciones para los residentes afectados. Inicialmente, Trump promocionó al candidato republicano a gobernador, Mark Robinson, y lo aclamó como “Martin Luther King con esteroides”, pero se distanció después de un informe de CNN que alegaba que Robinson había hecho publicaciones raciales y sexuales explícitas en un tablón de mensajes de un sitio web pornográfico hace más de una década.
Robinson, quien perdió su carrera el martes ante el fiscal general demócrata Josh Stein, negó haber escrito los mensajes y demandó a CNN por difamación el mes pasado.
El Partido Republicano se acercaba a también a ganar el control del Senado, con Bernie Moreno, respaldado por Trump, volteando un escaño en Ohio que había sido ocupado por el demócrata Sherrod Brown desde 2007. Ganaron otro cuando el republicano Jim Justice se quedó con otro en West Virginia que se abrió con la jubilación del senador Joe Manchin.
Aquellos votaron durante la jornada electoral se encontraron en su mayoría con un proceso sin contratiempos, con reportes aislados de problemas habituales como largas filas, problemas técnicos y errores en la impresión en las boletas. Los funcionarios federales de seguridad electoral dijeron que hubo interrupciones menores durante el día, pero no hubo evidencia de efecto alguno en el sistema electoral. Además, determinaron que las amenazas de bomba que se reportaron en varios estados no eran creíbles y no afectaron la capacidad de los electores para emitir sus votos.
Lo ajustado de la carrera y la cantidad de estados en juego aumentaron la probabilidad de que, una vez más, no se conozca al vencedor de inmediato.
Ambos partidos cuentan con ejércitos de abogados en anticipación de desafíos legales durante y después de la jornada. Y las agencias en todo el país están en alerta máxima por posibles actos de violencia.
Harris, de 60 años, sería la primera mujer, la primera mujer negra y la primera persona de ascendencia sudasiática en ocupar la presidencia. También sería la primera vicepresidenta en activo en ganar unos comicios a la Casa Blanca en 36 años.
Trump, de 78 años, sería el presidente de mayor edad jamás elegido. También se convertiría en el primer en 132 años en ser elegido tras perder la reelección y el primero condenado por un delito grave en asumir el cargo en la Oficina Oval.
Incluso el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se adelantó al escrutinio y decidió mandar un mensaje al candidato republicano Donald Trump por la victoria en las elecciones de Estados Unidos: “Felicitaciones al Presidente electo de los Estados Unidos de América.