Cada año, el primer martes de mayo se conmemora el Día Mundial del Asma, el cual fue establecido por la Iniciativa Global por el Asma (GINA, por sus siglas en inglés), en el año 1998. Este día busca concientizar a la población sobre los riesgos de esta enfermedad, así como informar que este padecimiento se puede controlar.

El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias, potencialmente grave, que afecta los pulmones de manera prolongada; sin embargo, con un control y tratamiento adecuado, la mayoría de los asmáticos puede llevar una vida completamente normal.

Este padecimiento se presenta de manera más frecuente en menores, aunque los adultos también son susceptibles de padecerla.

Hay tres signos principales del asma:

  • Obstrucción de las vías respiratorias: Cuando la respiración se realiza de manera normal, las bandas del músculo alrededor de las vías respiratorias se relajan y el aire se mueve libremente. En el asma, los músculos se tensan, por lo que es más difícil que el aire pase.
  • Inflamación: El asma causa tubos bronquiales rojos e hinchados en los pulmones. Esta inflamación puede dañar los pulmones. Tratar esto es clave para controlar el asma a largo plazo.
  • Irritabilidad de las vías respiratorias: Las personas con asma tienen vías respiratorias sensibles que tienden a reaccionar de forma exagerada y estrecha cuando entran en contacto incluso con desencadenantes leves.

Estos problemas pueden causar síntomas como tos, especialmente por la noche o por la mañana; sibilancias, un silbido al respirar; dificultad para respirar; dolor o presión en el pecho y dificultad para dormir debido a problemas respiratorios.

Las personas que padecen esta enfermedad pueden llegar a experimentar ataques de asma, el cuál ocurre como una afectación en las vías respiratorias, las cuales se estrechan debido a una inflamación a medida que el aire pasa por los pulmones.

Dado que se desconoce la cura para esta enfermedad, existen medicamentos que pueden ayudar a controlar el asma y provocar un ataque.

Casos a nivel mundial y en México

El asma es una de las principales enfermedades no transmisibles, cada año, se registran alrededor de 37 millones de casos nuevos, de los cuales 18.6 millones se presentan en hombres y 18.4 en mujeres, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En 2019, el asma causó 461 mil muertes a nivel mundial, colocándose como la vigésimo séptima enfermedad que causa más fallecimientos en el mundo, informó el organismo internacional.

De acuerdo con especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en México entre el 5 y 12 por ciento de la población padece este malestar, es decir, aproximadamente entre 6.3 y 15.1 millones de personas.

Actualmente, se desconoce la causa del asma, sin embargo, se han detectado factores genéticos y detonadores ambientales y ocupacionales que puedan causar el desarrollo de esta enfermedad respiratoria no contagiosa.

Algunos de los desencadenantes más comunes son:

  • Humo de tabaco o provocado por la quema de objetos como madera o pasto.
  • Ácaros del polvo.
  • Contaminación atmosférica.
  • Alérgenos de cucarachas e insectos.
  • Alergias a animales o mascotas.
  • Moho.
  • Ejercicio físico.
  • Medicamentos.
  • Condiciones climáticas.
  • Infecciones respiratorias.

Tratamiento

El tratamiento para esta enfermedad está enfocado en:

  • Controlar la inflamación de las vías respiratorias;
  • Evitar las sustancias que desencadenan los síntomas y
  • Ayudar a que la persona que padece asma pueda realizar sus actividades de forma normal.
  • El tratamiento será determinado por un médico especialista y tendrá dos propósitos:
  • Prevenir ataques de asma
  • Brindar un alivio rápido cuando una persona presente un ataque de asma