Chihuahua.- Después de la extinción de los dinosaurios (Era Mesozoica), los mamíferos tomamos el planeta, la Era Cenozoica (inició hace 65.5 millones de años y aún está presente). Dentro de este proceso de evolución del que somos parte, un animal ha cautivado y representado este periodo con enormes y encorvados colmillos, el mamut.

La Era de los Mamíferos llena con sus vestigios a un número muy importante de museos en todo el mundo, en la capital de Chihuahua, en el Centro, el esqueleto de un gigante aguanta el paso del tiempo y nos cuenta aspectos de la prehistoria en el estado.

Hoy se llama el Museo del Mamut, pero antes fue la Escuela Primaria Manuela Medina. La primera piedra del edificio se colocó en 1909 para fundar otra escuela, la Modelo Porfirio Díaz, pero la Revolución Mexicana cambió su uso a hospital militar. Detalles más o menos, al entrar en este lugar esa información está disponible junto a una maqueta y revelan cómo el inmueble terminó con un comodato para Asociación Civil del Museo de Paleontología en 2004, cuando el Gobierno del Estado lo rescató.

Es un espacio no muy grande, pero enorme en valor de historia natural. Tiene 13 salas, en cada una hay diferentes fósiles o reliquias para apreciar, es como recorrer una antigua hacienda que cuenta con un patio interior con objetos antiguos y un jardín pequeño.

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Maqueta de la antigua Escuela Primaria Manuela Medina | Foto: Ruth González

La huella de un gigante

La primera sala alberga el esqueleto completo del personaje que da nombre al museo, un mammuthus columbi o mamut columbino, especie que llegó a Norteamérica hace 45 mil años. Este impresionante esqueleto de 18 mil años de antigüedad soportaba entre 8 y 10 toneladas del mamífero terrestre más grande que existía, su altura de casi 4 metros permite imaginar lo imponente que debió ser.

Aunque el mamut es originario de África, al igual que los primeros homínidos, su gran figura peluda dominó el planeta en su tiempo, pero antes de extinguirse, tuvo diversas variaciones en los continentes. Diferentes estudios científicos consideran que el pelaje del animal fue parte de su adaptación a la Era de Hielo, ya que su antepasado era el elefante.

“El declive del mamut comenzó hace unos 21 mil años. Su baja tasa de reproducción no favorecía su supervivencia –el período de gestación alcanzaba los 22 meses– y su desaparición definitiva pudo estar provocada por la caza, el aumento de las temperaturas o alguna enfermedad o mutación; o quizá por una mezcla de todo ello”.

“Son los mamuts, los grandes elefantes lanudos que convivieron con diferentes especies de humanos hasta desaparecer hace apenas 3 mil 800 años” (*National Geographic / El mamut, rey de los animales en la edad de hielo).

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Comparativa anatómica entre las diferentes especies de elefantes y mamuts | Foto: Ruth González

En Chihuahua son varios los municipios en donde han sido localizados fósiles de este paquidermo. Muy cerca de la ciudad capital, en Julimes (a 90 km) se encuentra el cementerio de mamut. En la sala 11 del museo también hay en exposición sobre cómo se realizan los hallazgos y cuenta con imágenes satelitales de Ojinaga y un punto de fósiles localizados.

Por otra parte, en la sala principal del museo también se puede tocar el pelaje, como una de las actividades interactivas que ofrecen, además de mucha información adicional sobre la vida de estos “reyes y reinas de la Era de Hielo”.

El mar de Thetis

Chihuahua estaba bajo el agua, el mar de Thetis, los fósiles son los testigos de los cambios de nuestro planeta, el agua salada y su fauna ocupaba gran parte del estado, se estima que este mar existió hace 120 y 165 millones de años. El museo alberga en la sala 3 una interesante colección de fósiles de las criaturas que habitaban las profundidades de Thetis, destacan las amonitas, unos moluscos de un metro de largo y 30 cm de ancho.

En estado y tamaño algunos de los fósiles de amonitas son impresionantes a primera vista, la estructura de su concha como un caracol en espiral, estos cefalópodos se asemejaban a los calamares, pero con concha.

“Hoy en día se encuentran entre los fósiles más abundantes. Se extinguieron a la vez que los dinosaurios, hace 65 millones de años” (*National Geographic/ Amonita).

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Fósiles de cefalópodos que hace millones de años vivieron en el antiguo mar de Thetis | Foto: Ruth González
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Esqueleto fosilizado de un Ceratópsido | Foto:Ruth González

Dinosaurios en exhibición

Otros de los esqueletos sobresalientes del lugar son los de dos chasmosauruos (parientes del triceratops), y aunque nada tiene que ver con la Era Cenozoica, este dinosaurio vivió a finales del periodo Cretácico, unos 76.5 o 75.5 millones de años atrás. La pareja de restos tiene un tono rosado en sus fósiles, esta información también disponible en la sala, agrega que los ejemplares que llegan a pesar hasta cuatro toneladas, sirven de manera comparativa de los herbívoros que habitaron Norteamérica.

La ballena gris

Un cetáceo de mil años también es parte de los habitantes del museo, la estructura ósea de una ballena gris, cuya especie está en peligro de extinción debido a su caza excesiva.

El tamaño de este esqueleto tiene un mensaje a los visitantes sobre la importancia de proteger a la fauna marina del mundo.

En 1972 el Gobierno mexicano creó los primeros santuarios en las Lagunas San Ignacio y Ojo de Liebre-Guerrero Negro en el estado de Baja California Sur para la protección de estos ejemplares que pueden medir hasta 15 metros y pesar 30 toneladas, de acuerdo con información de la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente.

Flora y desierto

Hojas, troncos y vestigios de plantas cenozoicas son parte de lo que se expone en la sala 6. A esto le sumamos las piezas de la sala 12 dedicada al desierto chihuahuense, troncos fosilizados, y una exhibición a modo de memoria de varias especies animales que se han extinguido por culpa del hombre, como el oso plateado, el lobo mexicano, el pájaro carpintero imperial, etc.

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Tronco fosilizado de los bosques que algún día poblaron todo el estado | Foto: Ruth González

Un poco de todo

En los espacios contiguos, la sala 4 y 5, aún se conservan muebles e instrumentos musicales que se mezclan con el ambiente de la escuela porfiriana, hay máquinas de escribir, baúles, cuadros, sillas, documentos, un compendio de curiosidades que datan de 1910.

En la entrada y durante el recorrido al museo, existen varias rocas y minerales en exhibición. Estos se combinan con otras antigüedades que le dan un toque especial al lugar. El museo del mamut ofrece mucho en poco espacio, ¡no te lo puedes perder!

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La fachada del lugar Foto: Ruth González
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Visita el museo del mamut Foto:Ruth González