Colaboración
Pedro Zavala Ramírez
Cronista deportivo

En reiteradas ocasiones hemos escuchado a los padres de familia hablar sobre actos de hiperactividad en sus hijos, excesos de energía, incluso hasta de diversos tipos de vagancias, sin embargo, ante estas “quejas” también es común escuchar recomendaciones que van desde ingresarlos a tomar clases de música, talleres o que practiquen algún deporte. En la época en la que yo crecí era muy común ver en los barrios al grupo de niños jugando futbol callejero, ese donde la palabra vale y las reglas se respetan, donde dos piedras eran la portería y siempre había alguien que echaba “aguas” cuando se aproximaba un vehículo, el cual obligaba a detener por segundos el desarrollo de los partidos.

Este tipo de recreaciones eran calificadas como actos de vagancia, frecuentemente se escuchaba decir a las vecinas, “ay andan los chavalos vagos, nomás jugando en la calle”. Pero sin duda este tipo de juegos lograban formar el carácter de la niñez, se educaba de una forma sana, estas aventuras eran parte de su cultura.

El deporte callejero detonaba la práctica de los valores y estos a su vez formaban parte de la cultura de la sociedad, así crecimos, así nos formamos y no éramos unos vagos.
Desde hace 19 años, en el programa de radio que conduzco y que a lo mejor en alguna ocasión han sintonizado, sabrán que cierro con una frase que contiene un sentido de reflexión: “el deporte no es signo de vagancia, sino manifestación de cultura”.

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Esto se refiere a la manera en que la actividad física puede influir en nuestra comunidad, ya sea a través de la práctica popular, la de desarrollo o hasta la de alta competencia.

La práctica del deporte nos ha demostrado que culturalmente nos unimos, estamos ansiosos porque llegue el fin de semana para ir al gimnasio a disfrutar del basquetbol, ir a ver los Dorados, a los Centauros, ir a apoyar a nuestro equipo, vamos con la familia, con la novia o el novio, los amigos, los compañeros de trabajo, lo mismo pasa durante la temporada del beisbol, el futbol americano o el futbol soccer, hasta en la lucha libre disfrutas el deporte de manera cultural.

Ir a los recintos deportivos nos permite hacer una expresión, debatimos las jugadas, las decisiones arbitrales, las nuevas contrataciones, sufrimos las derrotas, nos causan frustración, enojo, en fin, en Chihuahua así somos.
Nuestra pasión la heredamos de generación en generación, he escuchado a amigos decir, mi padre me llevaba al Almanza de niño, y ahora él lleva a sus nietos, seguramente esta cultura seguirá mientras haya deporte.

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El estado de Chihuahua rico en cultura deportiva, tres chihuahuenses fueron parte de la primera medalla histórica en basquetbol en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936; Tuto Olmos, Kiko Martínez y Greer Scousen.
Tenemos a los dos últimos medallistas en boxeo olímpico, Christian Bejarano y Misael Rodríguez. Además, Vanessa Zambotti y Miguel Angel Rodríguez en judo y caminata sumaron 4 justas olímpicas.

La selección mexicana de futbol nos ilusiona mundial tras mundial, todos nos lamentamos con la lesión de Luis “Chapo” Montes, el juarense que vio frustrada su participación de Brasil 2014.

Y así pudiera seguir y seguir contando historias que ya todos sabemos, pero las sabemos, porque precisamente el deporte es parte cultural de nuestra sociedad.

Quiero agradecer al Instituto Municipal del Deporte por esta oportunidad de dirigirme a la comunidad chihuahuense, reconocer a todos los participantes de este foro, todos con un perfil ligado al deporte, siempre contarán con mi admiración y respeto. Y recuerden que; “el deporte no es signo de vagancia, sino manifestación de cultura”.