El Paso.- En Texas, los proyectos de ley HB3 y SB2 proponen destinar mil millones de dólares en vales escolares para financiar la educación privada, otorgando hasta 2 mil por estudiante educado en casa.

Si bien la medida es vista como un apoyo significativo para muchas familias, ha generado divisiones en la comunidad, especialmente entre los padres que valoran la educación en casa por su flexibilidad e independencia del sistema estatal.

Erin Tague, madre que educa a sus tres hijos en casa, ha expresado su preocupación sobre los posibles efectos secundarios de aceptar fondos gubernamentales.

Aunque sería elegible para el apoyo financiero, teme que dicha financiación venga acompañada de regulaciones estatales que podrían limitar la libertad curricular y alterar la economía de la educación en casa.

Por su parte, la Coalición de Educación en el Hogar de Texas, un grupo destacado en la defensa de esta modalidad educativa, apoya los proyectos de ley, argumentando que ningún estado ha enfrentado un aumento en las regulaciones como resultado de estos programas. Incluso aseguran que en algunos casos, las regulaciones han disminuido. Sin embargo, este argumento no convence a quienes temen la interferencia gubernamental en un espacio que históricamente ha sido libre de restricciones estatales.

El debate pone en evidencia una tensión entre el deseo de aprovechar el apoyo financiero para aliviar los costos educativos y la preocupación de preservar la autonomía que caracteriza a la educación en casa. Aunque los proyectos están diseñados para expandir las opciones educativas, familias como la de Tague consideran que podrían traer consecuencias no deseadas para la comunidad educativa.

Por el momento, no ha sido posible obtener declaraciones del gobernador Greg Abbott ni de otros partidarios clave de los proyectos de ley. Sin embargo, la discusión continúa, marcando un momento crítico para el futuro de la educación en casa en el estado de Texas.