La Habana.- Cuba amaneció el martes con mejor cobertura eléctrica tras las cuatro jornadas que siguieron al colapso del sistema energético nacional y que se vieron agravadas por el paso de un ciclón.

Aunque se espera una mejoría en las próximas horas, las autoridades advirtieron que la debilidad del sistema está lejos de solucionarse.

Partes del Ministerio de Energía y Minas y la Unión Nacional Eléctrica —que controla el sistema—, indicaron que ya en la mañana del martes el 70 por ciento de los clientes del país cuentan con el servicio y más del 95 por ciento en las provincias de Pinar del Río, Artemisa, Mayabeque y La Habana; así como en el oriente en Las Tunas y Holguín.

Las de menor disponibilidad de corriente son Santiago y Guantánamo, por donde además la víspera pasó el ciclón Oscar –luego degradado a tormenta tropical— que dejó siete muertos además de destrucción de infraestructura e inundaciones.

En total, se estaban generando unos mil 400 megavatios, indicaron las autoridades. Los requerimientos de Cuba para una jornada tipo oscilan entre los 2 mil y 3 mil megavatios en los horarios pico.

El presidente Miguel Díaz-Canel indicó el lunes por la noche que en “las próximas horas” se lograría superar la caída del sistema energético nacional pero aclaró que los apagones —aunque no tan prolongados como éste— subsistirán.

“Entraremos entonces en una etapa del manejo de los déficits que nos quedan, que era la situación que estábamos viviendo antes del primer proceso de desconexión (el viernes)”, señaló el mandatario.

La emergencia energética en toda la isla comenzó el jueves por la noche cuando en horario pico el 50% del país sufrió falta de electricidad, una situación que provocó una comparecencia del primer ministro Manuel Marrero para disponer medidas de ahorro como la suspensión de las clases o actividades no vitales.

Sin embargo, la situación más crítica se desató sorpresivamente el viernes por la mañana con el colapso total del sistema energético nacional ocasionado por una avería en la central Antonio Guiteras.

Las calles de La Habana amanecieron tranquilas el martes y no se confirmaron nuevas protestas como las del lunes por la noche, constató The Associated Press en un recorrido por varios puntos de la capital de dos millones de habitantes.

Había transporte público, algunas tiendas abiertas y operaban los servicios esenciales como la salud, aunque la preocupación todavía existía.

“Estos problemas hay que solucionarlos ya. Estamos mal”, dijo Modesto Hernández, un desempleado de 53 años residente en Centro Habana.

Incluso a lo largo del martes la corriente se iba y venía por largas horas, tal como sucedía antes del colapso cuando incluso existía un cronograma de apagones diarios de cuatro horas por áreas.

“Todavía falta mucho", comentó Carlos López, de 59 años, quien también vive en Centro Habana. "Hay muchas colas por todos lados, llegas a un lugar y hay obstáculos y obstáculos”.

La tensa situación energética está condicionada por un pequeño aumento de la demanda, pero sobre todo por la falta de combustible para alimentar las plantas de generación y las frecuentes averías en las viejas centrales termoeléctricas. Estos dos últimos factores están ocasionados por las duras sanciones de Estados Unidos que le impiden a Cuba comprar crudo o sus derivados o adquirir las piezas de repuesto.