México.- Con la producción y distribución de los nuevos materiales educativos, la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) tiene el reto de que la propuesta pedagógica del Nuevo Modelo Educativo sea una realidad en el salón de clases en el ciclo escolar 2018-2019.

Para la elaboración de los ejemplares educativos se ha contado con la participación de docentes frente a grupo, pedagogos, editores de materiales educativos y especialistas tanto en las diversas disciplinas como en didáctica.

Además, la Conaliteg continuará entregando materiales educativos en diversas lenguas indígenas para fortalecer la propuesta pedagógica inclusiva como el bilingüismo, a partir de promover el aprendizaje de la lengua materna indígena, así como el dominio de otros idiomas como el español y el inglés.

El organismo tiene previsto entregar 175 millones de libros de texto para el ciclo escolar 2018-2019, por lo que trabajará en conjunto con las secretarías de Educación de los estados para hacer llegar los materiales a los estudiantes.

Cuando el general Álvaro Obregón ocupó la Presidencia de la República, creó la Secretaría de Educación Pública (SEP) bajo la dirección de José Vasconcelos; ambos consideraban prioritaria la educación para el desarrollo del país, por lo que Vasconcelos inició un proyecto en el que la enseñanza de las primeras letras a poco más de 66 por ciento de la población, era el paso inicial.

Ya desde entonces había expresado Vasconcelos que era necesaria la gratuidad del material de lectura y con esa idea, dispuso que en los Talleres Gráficos de la Nación se editaran los libros de texto de las escuelas oficiales y libros clásicos.

Aunque sus acciones fueron criticadas y hubo quienes consideraron que las lecturas de Herodoto, Esquilo, Sófocles, Platón, Dante, Cervantes y otros clásicos eran inapropiadas para los niños, se hicieron grandes tirajes de El Libro Nacional de Lectura, Lecturas Clásicas para Niños y las Lecturas para Mujeres; también reeditaron la Historia Universal y la Historia Patria de Justo Sierra.

Ya durante la gestión del presidente Plutarco Elías Calles se limitó la producción de textos, pues en ese entonces, dado los problemas con la Iglesia católica, se consideró que podría tomarse como una imposición que hubiera libros de texto oficiales; aunque sí los hubo destinados al medio rural.

Al iniciar el gobierno de Lázaro Cárdenas, 59 por ciento de la población mayor de 10 años era analfabeta en el país, por lo que se estableció, conforme al plan sexenal, que la nueva escuela estuviera al servicio de obreros y campesinos; y que fueran editados textos de lectura para ofrecerlos a bajo precio (7 centavos).

Después, el gobierno del presidente Manuel Ávila Camacho emprendió una campaña de alfabetización por medio de la cual, los adultos alfabetos enseñaban a leer y escribir, de manera gratuita, a quienes no sabían hacerlo.

Al finalizar el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines, a pesar del gran esfuerzo en materia educativa, el acelerado incremento demográfico hacía insuficiente el presupuesto del Estado para brindar los servicios que la población requería. Así casi tres millones de niños en edad escolar no estudiaban, la eficiencia terminal era de 16 por ciento a nivel nacional y de dos por ciento en el medio rural.

La escolaridad promedio de los adultos era de dos años y más de 27 mil maestros ejercían sin título, además de que había intereses particulares de autores, editorialistas, libreros e inspectores escolares -dueños de editoriales o autores- que recomendaban sus propios textos a los directores de las escuelas para que los incluyeran en las listas que presentaban a los padres de familia al inicio del año escolar.

Al protestar Adolfo López Mateos como presidente de la República marcó como prioridad de su gobierno la educación pública; Jaime Torres Bodet fue nombrado titular de la SEP, quien elaboró el Plan Nacional para el Desarrollo y el Mejoramiento de la Enseñanza Primaria (plan de once años) que constituyó el primer esfuerzo por planificar la educación a largo plazo.

Entre las acciones destacables de dicho plan estaban la construcción de escuelas, la ampliación del programa de desayunos escolares y la creación de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, con la misión de editar y distribuir a todos los niños mexicanos libros gratuitos cuyo contenido abarcara temas de los programas vigentes de educación primaria.

Se buscaba hacer cumplir el artículo tercero constitucional, satisfacer la demanda educativa real a nivel primario; dar oportunidades de educación a todos los mexicanos, mejorar la calidad de la enseñanza, así como satisfacer la demanda de técnicos y obreros calificados que requiriera el desarrollo del país.