Ciudad Juárez.– El cáncer es considerado como el padecimiento más letal en el mundo. En el caso particular de los hombres, el cáncer de próstata es la segunda causa de muerte a nivel global, justo después del cáncer de colon. De acuerdo con la Sociedad Estadunidense contra el Cáncer (ACS, por sus siglas en inglés) se diagnostican casi 300 mil casos nuevos de la enfermedad al año en todo el globo terráqueo. No obstante, en Ciudad Juárez, los tumores en la próstata siguen siendo un tema tabú y un asesino silencioso.

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La disparidad de los números

Para muestra de ello, entre los hombres quedan las cifras duras, mismas que señalan la falta de atención y prevención de este problema, no solo en Juárez, sino en todo el estado. Datos proporcionados por el área de Oncología de la Secretaría de Salud, en los últimos 12 meses se han realizado apenas 54 consultas relativas al mencionado padecimiento dentro de esta frontera. Por el contrario, en el caso del cáncer de mama, que afecta mayormente a las mujeres, el número se triplica hasta 157 consultas. La diferencia se amplía todavía más al comparar las cifras de todo Chihuahua.

En total, la Secretaría de Salud ha realizado 9 mil 584 consultas por casos positivos o sospechosos a cáncer de mama. De igual forma han identificado y comenzado a tratar 8 mil 535 tumores localizados en el mismo número de mujeres. Por otro lado, se llevaron a cabo solo 550 consultas relacionadas con el cáncer de próstata, por medio de estas se han detectado 538 tumores prostáticos.

El género masculino ha optado por no prestarle atención a su glándula reproductora ni a los padecimientos que puede traer consigo, aún y cuando bien podría arrebatarles la vida sin síntoma alguno. Según los profesionales en la materia, ni el miedo ni el rechazo son recientes y deben su razón a la afamada y estigmatizado examen rectal.

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Pedro Dorantes | Dr. Álvaro Carrasco, urólogo especialista en cáncer de próstata

No se atienden por miedo

De acuerdo con los urólogos, la gran mayoría de los hombres le temen a la revisión de la próstata pues rechazan someterse al mencionado examen. Mismo que ha ganado mala fama y se asocia de manera casi automática con la perdida de la virilidad.

"El cáncer de próstata es un tema que sigue siendo un tabú, es un tema que los pacientes siguen viendo como algo que no es prioritario. Todavía se cree que el hombre se tiene que someter a una revisión rectal forzosa. Los pacientes deberían revisarse por lo menos una vez al año desde los 40 años y no lo hacen", explicó para Netnoticias el urólogo especialista en cáncer de próstata Álvaro Carrasco.

Hoy en día, una parte significativa de las revisiones que previenen la mencionada enfermedad puede realizarse a través de la prueba de sangre del antígeno prostático, esta no requiere de ningún tacto y se realiza a la brevedad.

“Sí, todavía se realizan, pero tienen sus excepciones, no a todos los pacientes se les hace el tacto rectal, todavía se recomienda como consideración del especialista. Son exploraciones que duran muy pocos segundos y nos da mucha información. Primero se realiza la prueba del antígeno prostático que es una prueba de sangre, en la que vamos a ver el nivel de proteína en la sangre y vamos a revisar a quienes tengan niveles muy altos”, señaló el médico.

¿Cuánto cuesta no atenderse?

Por irónico que parezca, el no hacer caso a las indicaciones de los profesionales de la salud conlleva también un costo, que resulta mucho más extenso que el de una mera revisión o hasta el de una cirugía para extirpar un tumor.

Este gasto se incrementa de manera paulatina con cada etapa de la enfermedad, volviéndose impagable para quienes no cuentan con afiliación a ningún servicio médico o que por algún motivo se ven forzados a conseguir tratamiento por cuenta propia.

“No hay nada más caro que perder la salud, pero lo más caro en el aspecto económico comienza a ser cuando los pacientes ya no tienen solución a este problema, cuando ya no se puede realizar ninguna cirugía. Un paciente con una detección temprana puede llegar a salvarse sin realizar un gasto tan fuerte. Un paciente al que se le descubre el cáncer en alguna etapa más tardía, que sea metastásico y que ya esté presente en otros órganos, es una paciente que está destinado a que todo lo que le quede de vida va a tener gastos muy fuertes y posiblemente a morir”, indicó Carrasco.

Acorde con las estimaciones de los médicos, comprar medicamentos hormonales para retrasar los efectos de la enfermedad va desde los 3 mil pesos mensuales hasta los 60 o 120 mil pesos cada mes en sus etapas más tardías. Las cifras mencionadas son más grandes que el precio de la cirugía necesaria para retirar un tumor detectado a tiempo, el costo de la misma, cabe destacar, es absorbido por los seguros de gastos médicos mayores y por las instituciones de salud pública.

Nadie dice nada

Pese a tener altas posibilidades de tratarse con éxito, a diferencia del cáncer de mama, no existe campaña alguna en la entidad para incentivar las revisiones preventivas. De acuerdo con la propia Secretaría de Salud, este es otro de los problemas que favorecen a la proliferación del mortal padecimiento.

“La realidad es que no tenemos campañas para promocionar la detección oportuna de cáncer de próstata a nivel estatal y federal. Le hemos dado mucho más impulso al cáncer de mama, pero no al de próstata,. Sí es una inequidad que ha dejado atrás la atención a la salud de los hombres”, expresó el doctor Sebastián Hernández Hoyos, oncólogo de la Secretaría de Salud.

No es nada fuera de lo común ver que organizaciones tanto públicas como privadas se unan al mes de octubre como el mes de la lucha contra el cáncer de mama, se ofertan mastografías gratis y demás servicios de salud. Inclusive las ligas deportivas usan el color rosa como distintivo para el décimo mes del año. Sin embargo, nada de esto se traslada a noviembre, época que, por lo menos en papel, es para generar conciencia sobre la salud masculina.

Según la Secretaría de Salud, el cáncer de próstata tiene una tasa de curación del 90 por ciento si se detecta en etapas tempranas y la cirugía suele ser una solución definitiva a la enfermedad.