Ciudad Juárez.– Cuando pensamos en Halloween, uno de los primeros símbolos que nos viene a la mente son las calabazas naranjas talladas con rostros aterradores y colocadas en las entradas de las casas. Esta tradición, que hoy en día forma parte esencial de la celebración del 31 de octubre, tiene un origen fascinante que combina elementos culturales y religiosos que se han transmitido a lo largo de los siglos.

El origen de Halloween se remonta a más de 2 milaños en las antiguas tradiciones celtas, específicamente en la festividad conocida como Samhain. Este festival marcaba el final de la cosecha y el inicio del invierno, una época que los celtas consideraban como el "año nuevo". Durante la noche de Samhain, se creía que el velo entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos era más delgado, lo que permitía que los espíritus caminaran entre los mortales.

Para protegerse de los espíritus malvados y confundirlos, las personas encendían hogueras y colocaban luces dentro de vegetales ahuecados, como nabos o remolachas, tallados con rostros amenazantes. Estas luces también servían como protección para las almas perdidas que vagaban durante esa noche.

El viaje a América

La tradición de tallar vegetales para Halloween fue traída a América del Norte por inmigrantes irlandeses en el siglo XIX, quienes continuaron la costumbre de ahuecar nabos y remolachas para crear "Jack-o'-lanterns", un término que proviene de la leyenda irlandesa de Jack el Tacaño, un hombre que engañó al diablo y quedó condenado a vagar por la tierra con una linterna hecha de un nabo hueco.

Sin embargo, en América del Norte, los colonos pronto descubrieron que las calabazas, un fruto autóctono de América, eran mucho más abundantes y fáciles de tallar que los nabos. Además, su tamaño y forma esférica permitían tallar rostros más detallados y colocarlas como decoraciones en las puertas y ventanas de las casas. Así nació la tradición moderna de las calabazas naranjas como símbolo de Halloween.

¿Por qué calabazas naranjas?

El color naranja de las calabazas no es solo una coincidencia. La calabaza, al ser el fruto predominante de la temporada otoñal, ya estaba asociada con la cosecha y el cambio de estación. Aquí exploramos algunas razones por las cuales el color naranja se ha vuelto tan simbólico:

  • Símbolo del otoño: El color naranja representa el otoño, la época en la que se celebran tanto Samhain como Halloween. Las hojas cambian de color, adoptando tonalidades de naranja, rojo y amarillo, lo que hace que las calabazas se integren perfectamente con la estética otoñal.
  • Asociación con la cosecha: Halloween originalmente marcaba el fin de la temporada de cosecha en muchas culturas. Las calabazas, que son cosechadas en otoño, se convirtieron en un símbolo de esta abundancia, y el hecho de que sean naranjas refleja el color vibrante de la naturaleza en esta época del año.
  • Contraste con el negro: En Halloween, el naranja se asocia con el negro, un color que representa la muerte, lo misterioso y lo desconocido, todos temas centrales de la festividad. El contraste entre el naranja (que también simboliza el fuego y la luz) y el negro crea un fuerte efecto visual que captura el espíritu dual de Halloween: entre la vida y la muerte, la luz y la oscuridad.

Aunque las calabazas talladas tenían inicialmente un propósito protector y espiritual, con el tiempo su significado ha cambiado. Hoy en día, la talla de calabazas es una actividad lúdica y creativa, especialmente entre los niños. Las caras terroríficas han dado paso a diseños más artísticos y elaborados, e incluso personajes populares son representados en las calabazas de Halloween.

El tallado de calabazas se ha convertido en una actividad familiar central en la celebración moderna de Halloween, y muchos hogares participan en concursos para crear las Jack-o'-lanterns más impresionantes y originales.