Santiago de Querétaro.- Los maltrechos Bravos de Ciudad Juárez encontraron quien les pagara los platos rotos y terminaron por vencer a los Gallos Blancos del Querétaro por marcador de 1-2 la noche de este viernes.
Se levantó el muerto
Era fresca la tarde con olor a Cempasúchil en Santiago de Querétaro y el Estadio Corregidora estaba más vacío que la cárcel de donde liberaron a Barrabás. Así arrancaba el duelo de sotaneros entre los Gallos Blancos de Querétaro y los Bravos de Ciudad Juárez.
Apenas al minuto dos ya ponían a trabajar a Benny Díaz con el contrarremate de un tiro libre pésimamente mal cobrado, cortesía de Darío “El Pipa” Benedetto. Luego luego, del otro lado de la cancha, Óscar Estupiñán se encontraba con una bola suelta pero la mandaba su tiro a las grada 20.
Llegábamos al minuto 10 cuando a Nico Ortiz se le volvían a hacer bolas los pies y se volvía a equivocar. Memo Allison metía las manos salvando nuevamente a los Gallos Blancos.
No obstante, íbamos al tú por tú con las aves respondiendo y con Federico Lértora disparando desde media distancia contra las manos de Benny Díaz.
Cuando menos indicado parecía, cuando más encerrado estaba Bravos, ahí fue cuando a Jairo Torres se le abrieron los mares. Recorrió 10 metros sin presión alguna y la mandó guardar pegada al palo. El profe Salvador Valero festejaba y los fronterizos ya estaban arriba al minuto 20.
Cinco minutos después, a la localía se le acaba el dominio y se le hacía de agua la canoa. Juárez se encontraba en la cancha gracias a la pelota parada y Guillermo Castillo (Que no se llama así, pero así nos dijo que le dijéramos). El cuadro del acueducto quedaba obligado a jugar matatena con la número cinco y a reventar a donde dios quisiera.
Tan levantado estaba el muerto que José Abella casi la clava para el segundo tanto de la noche. Esto de no ser por Guillermo Allison que volvía a meter la humanidad. Nos quedaban 15 minutos para el entretiempo, la balanza estaba totalmente ladeada.
Con el tiempo encima y con la defensa dando más facilidades que una mueblería barata Guillermo Castillo se metía por la línea de fondo, nadie lo molestaba y disparaba pegadito a la raya para hacer el segundo gol.
Así nos íbamos al descanso, Bravos arriba 0-2 en el luminoso.
Ni modo que empaten si nos hacemos bolita…
Eran los locales los que arrancaban la segunda mitad a tambor batiente y con todo y el campo partido hacían el intento de atacar. Para desgracia del entarimado local, nadie ponía pie con bola a la hora de definir.
Pese al desorden se las ingeniaban para madrugar a los de las tierras de Juan Gabriel con un cabezazo flojito flojito de Ronaldo Cisneros que se comía Benny Díaz de un solo bocado. 1-2 al 55.
Cumplíamos la hora en el cronómetro y la balanza otra vez se ladeaba para con los vestidos de azul. Por el lado de Bravos sucedía un verdadero milagro: entraba de cambio Diego Valoyes.
Cinco minutos más tarde el preparador físico de los Gallos se iba a bañar temprano con una tarjeta roja por reclamar y dejaba a Mauro Gerk con un par de manos menos en la banca. Dentro de la cancha Juárez aguantaba, primero por convicción propia y después por desatino queretano.
Se nos empantanaba todo el asunto con quince por jugar. Todos se pateaban y a la hora de ofender Querétaro era inoperante por las bandas sin poder mandar balones a la olla.
A 10 del final Juárez se hacía bolita. Los 11 hombres estaba atrás de la pelota, comandados por Carlos Salcedo y dándole las gracias a las rodillas de su portero que tapaban una clara de gol. Los verdes jugaban con fuego, el rival seguía arrimando la lumbre.
Llegábamos la borde los 90 reglamentarios y el operativo posición fetal seguía más que vivo. Salía lo canchero y a todo mundo les dolía todo el cuerpo que dios le dio. Eso sí, Haret Ortega salía bueno para meter el topete en los rechaces de cabeza.
El profe Valero aguantaba la respiración al tiempo que Benny Díaz saltaba para retener una bola por arriba.
Fede Lértora tuvo la última de la velada para los Gallos, tal y como pasó durante todo el juego….La oportunidad se desperdició y todo quedó en el puro susto. Para colmo de males Franco Russo se fue corrido con el cartón colorado después de pisarle la rodilla a José Abella.
Al 90 y poquito más César Arturo Ramos Palazuelos hacía sonar el silbato para acabar con el suplicio de Bravos. 1-2 ganaba Juárez.