Ciudad Juárez.- Gloria tomó una decisión en su juventud, quería ser madre por adopción y durante su noviazgo con Francisco, quien ahora es su esposo, le planteó sus deseos y ambos compartieron el plan de vida. Su relación creció y formaron un matrimonio, al contar con la estabilidad laboral que deseaban para ofrecer un espacio seguro a su familia, se acercaron a los mecanismos de adopción; hoy son padres de Omar, un niño se 9 años y Sarahí, una niña de 5 años.

Cada 9 de noviembre desde el 2014, se ha impulsado el movimiento “World Adoption Day” (Día Mundial de la Adopción), la acción fue impulsada por Hank Fortener, uno de los tres hijos biológicos de una pareja que acogió a 36 niños y adoptó a ocho. En México existe el Día Nacional de la Adopción el 9 de abril, fecha instaurada por el Senado de la República.

Un símbolo simple que creó Hank para la celebración, pero con mucho significado, es una carita feliz pintada en la palma de la mano, que habla de la alegría que él vivió en una casa rodeada de hermanos: biológicos, de acogida y adoptivos.

“Nos decidimos a adoptar desde que éramos muy jovencitos. Para nosotros la adopción fue la primera opción, es la primera opción, nuestra única opción, el camino que queríamos seguir”, compartió Gloria al compartir su testimonio con motivo de esta fecha.

Tres años duró el proceso y la espera para conocer a sus hijos, los pequeños hermanos Omar y Sarahí fueron adoptados durante la pandemia, razón por la que el trámite pudo ser extenso para completar cada uno de los requisitos, específicamente las capacitaciones que imparte el sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) del Estado de Chihuahua, comentó la madre de familia.

Pero, ¿cómo inició el proceso? Gloria compartió que, al ser una decisión tomada, durante un tiempo que permaneció en casa por salud, inició las investigaciones en línea para lograr encontrar el sitio en donde presentar la solicitud y saber cuáles eran los requisitos.

“Sí batallé, busqué en internet, en la página del DIF Chihuahua, sí batallé bastante, llamé a muchas extensiones que me encontraba en internet y pues no, nunca daba con la correcta, hasta que un conocido me tuvo que decir ‘es en tal lugar’. No fue tan fácil encontrar, yo sé que ahorita gracias a estas notas ya hay más información, pero en su momento sí batallamos”, describió la entrevistada al mencionar que en ese entonces no conocía a nadie más que hubiera adoptado, ni sabía por "conocimiento general" a dónde acudir.

Al ubicar que el trámite se realiza ante la Subprocuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, Gloria dijo que desde el inicio contaron con un acompañamiento y trato amable, con respeto y teniendo un entorno de aprendizaje.

“En el primer curso que nos dieron éramos muchísimos matrimonios o personas solteras, bastantes, llenábamos el salón, y cuando tomamos el curso para terminar solo éramos tres. Te vas dando cuenta que no es solo el personal de la subprocuraduría, es tal vez que las familias no están listas todavía o no es lo que buscaban, etcétera. En cuanto al trato que recibimos de las autoridades, yo creo que es muy bueno; algo que creo que pudiera mejorar es que hubiera más personal para que se pudieran mejorar los tiempos de atención, de trámite, para los talleres y dar más talleres para resolver dudas”, compartió Gloria.

A través de un taller de varias sesiones, las personas que realizan un proceso de adopción reciben información para conocer el contexto y las necesidades de las infancias que pasaron por una liberación de patria potestad, que están bajo resguardo del Estado y se encuentran en espera de adopción.

“Los temas que se ven son basados en el perfil y las necesidades que tienen los menores, como atender una situación complicada que hayan vivido con su familia biológica, porque al final nosotros vamos a ser familias reparadoras, es como se llama. Familias que estamos para ayudar a nuestros hijos a encaminarse a sanar y a enfrentarse a la vida, pero ahora acompañados de una familia que sí les puede atender, querer y dar los recursos emocionales, materiales, educativos, etcétera que ellos requieren”, describió Gloria.

Compartió que, rompiendo con la idealización que puede existir por lo que muestran las películas, en el curso las personas que llevan el proceso pueden conocer que no solo son bebés, sino también de otras edades como se cuatro a seis años, o incluso adolescentes los menores que se encuentran en espera de adopción.

“Te abre el panorama sobre a quién puedes recibir en tu familia, que no nada más es un bebecito recién nacido”, compartió la madre de familia.

El contexto social que la pareja enfrentó luego de hacer público su interés por adoptar tuvo algunos momentos incómodos con diferentes voces que trataban de aportarles "testimonios" negativos por los que les sugerían no hacerlo, sin que los hechos que les describían fueran de experiencias directas, por lo que Gloria y Francisco simplemente las descartaron y continuaron con su decisión, al reconocer que esas personas solo estaban desinformadas.

“Una vez que adoptamos, lo bonito fue que, gracias a nuestra experiencia, esas personas cambiaron su opinión sobre el proceso, sobre los menores y sobre las necesidades (…) puras ideas que uno se va haciendo basadas en la ignorancia realmente. Son ideas que sí lastiman porque si mi esposo y yo no hubiéramos estado tan decididos en adoptar, a lo mejor por tanto comentario negativo sí nos hubiéramos rendido antes de”, detalló Gloria respecto a la importancia de que el tema se converse, socialice y se eliminen los estigmas.

Acerca de los requisitos, Gloria describió que antes de iniciar el proceso, pensó en que serían más, sin embargo, al conocerlos, revisar y cumplir con ellos, dijo que consideraba que eran los necesarios para entregar una vida al cuidado de otra persona.

Completado el proceso de idoneidad, el perfil de la familia de Gloria y Francisco fue "empatado" con el de dos hermanitos que se encontraban en espera de adopción. Fueron ellos quienes los conocieron primero a través de fotografías que el personal de la Subsecretaría les mostró, fue entonces que participaron con voz y voto para conocer a quienes ahora son sus padres.

“Les platican de ti, les enseñan fotografías, tu casa, si tienes mascotas, y son ellos quienes deciden si te quieren conocer o no, entonces a mí eso se me hace bien precioso, saber que mis niños sí me quisieron conocer a mí y a mi esposo y que sí quisieron platicar con nosotros. Fue en una videollamada cuando nos conocimos por primera vez (durante la pandemia) y pues bien bonito, no lloramos enfrente de ellos, pero lloramos cuando colgamos, pero te emocionas mucho de saber que unos chiquitos te eligieron”, compartió la mamá de Oscar y Sarahí.

La emoción del primer encuentro en persona con sus hijos se alcanza a percibir en Gloria, quien cuenta el momento con emoción y se le quiebra la voz al pronunciar lo que ocurría.

“No sé cómo decirlo, estábamos muy emocionados; llegamos al albergue (…) todos nerviosos, en cuanto abrimos la puerta y mi niño sale corriendo, me dice ‘mamá’ y me abraza, y ya me derretí. Entramos y ahí estaba mi chiquita, tenía un añito y algo, apenas iba a cumplir dos. Mi niña, me decían que todavía no hablaba nada, empezamos a jugar con ellos, a convivir y cuando estaba jugando con mi niña con la plastilina le platico ‘esto es un pato, el pato hace cuac-cuac’, entonces mi niña dice ‘pato’, y me dicen ‘es su primer palabra’ y no, olvídate, ese día fue …”, compartió la madre de familia quedándose muda un momento por la emoción del recuerdo.

A tres años de ser familia por adopción, Gloria compartió con entusiasmo que ha visto como sus hijos han cambiado, de ser tímidos y serios a ser expresivos, siendo una característica familiar el hacer canciones de los momentos más cotidianos del día, como cepillarse los dientes o a cualquier hora de juego.

“Son otras personitas, mi niña era una niña muy tímida, muy reservada, muy calladita, ahorita es una niña muy chistosa, una pequeña diva, le gusta la decoración, habla y te platica de cómo va a decorar su cuarto; es otra personalidacita que creemos que salió porque ya se siente segura, cómoda, resguardada. La ves que puede ser ella plenamente. Mi niño ha tenido un cambio en su personalidad, también él ya es él totalmente, ya dice chistes, descubrió que él era muy bueno para la natación, no sabía nadar, no había conocido una alberca y fue descubriendo que lo disfrutaba. Fue nada más por el estar en familia”, compartió Gloria con entuciasmo.

Panorama de adopciones en Chihuahua

El sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) del Estado de Chihuahua, a través de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (Ppnna), es el ente encargado de llevar el procedimiento de adopciones y familias de acogida.

Karina Armendáriz, vocera de la dependencia, informó que en lo que va del año se han concretado 10 casos de adopción, sin embargo, 93 niños, niñas y adolescentes (NNA) se encuentran en proceso de adopción.

“Ellas y ellos tienen derecho a vivir en una familia, por lo que la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes busca restituir este derecho a través de la adopción. La duración de este proceso varía de seis a ocho meses una vez integrada la niña, niño o adolescente a su núcleo familiar. El requisito fundamental para conseguir con éxito una adopción es el certificado de idoneidad”, detalló Armendáris.

Respecto a las solicitudes en el presente año, la funcionaria informó que la Procuraduría ha recibido 120 casos que se encuentran en proceso, del total 106 son parejas y 14 son personas solteras.

Actualmente el DIF Chihuahua tiene bajo resguardo a mil 127 niños, niñas y adolescentes, 550 son hombres y 577 son mujeres; de ellos, 675 tienen hermanos. El grupo de edad con más menores bajo protección del estado son:

  1. 12 a 17 años: 537 menores.
  2. 6 a 11 años: 378 menores.
  3. 0 a 5 años: 212 infantes.

Ante los múltiples motivos por los que NNA llegan a estar bajo resguardo del Estado, en este año existen 130 casos en los que los menores cuentan con su patria potestad liberada y esperan ser parte de una familia al ser adoptados.

Un modelo de cuidado distinto a los espacios conocidos como "casas hogar", legalmente conocidos como acogimiento residencial, son el acogimiento familiar o el cuidado alternativo, ambas son una medida de protección de carácter temporal a través del cual se asume el cuidado y la atención integral de un NNA en situación de desamparo para que se le brinde un entorno familiar, conforme a sus derechos.

El DIF Chihuahua informó que, en el penúltimo mes del año, cuenta con 24 NNA bajo el modelo de acogida, mientras que en todo el estado, existen 145 familias certificadas para recibir a menores de edad bajo este modelo.

Para consultar los requisitos e información general acerca de los documentos para hacer el trámite y obtener el certificado de idoneidad, las personas interesadas en llevar un proceso de adopción o ser una familia de acogida pueden ingresar a la página web del DIF Chihuahua o el portal del Gobierno del Estado. Ahí mismo se puede obtener información de números telefónicos y direcciones de la dependencia responsable, dependiendo de en dónde se encuentren los interesados.

Familia de acogida

Brindar amor y un espacio seguro a un menor que se encontraba desamparado por sus progenitores hizo que el matrimonio de Lucía y Juan optara por recibir al niño Pedro en su familia; el menor es hijo de una prima de ella, pero ante las condiciones de abandono, el matrimonio empezó a tomar parte en la cobertura de sus necesidades, formación escolar y vida cotidiana, por lo que buscaron la forma de legalizar la situación y se presentaron ante un juez para pedir la patria potestad del niño, quien vive como su hijo ahora convertido en un adolescente de 16 años.

Lucía describió que hace ocho años, el menor había quedado al cuidado de su abuela, quien carecía de los medios para solventar todas las necesidades, por lo que Pedro ingresó a un albergue de cuidados, en donde podía estar durante la semana y los fines de semana los empezó a pasar con ella y su esposo; al ser una situación desgastante, buscaron alternativas, pero los comentarios tanto de familiares, conocidos y de abogados, siempre indicaron que la adopción era un proceso extenso o difícil.

“Cuando fui por él al albergue le dije ‘sabes qué, agarra tus cosas, vámonos’, me dio un abrazo como nunca me habían abrazado, con tanto amor, con tanto afecto y empezó a agarrar su mochila y su maleta y empezó a decir ‘ya me voy, ya me voy’, o sea, de que ya no iba a vivir en el albergue (…) Cuando ya pasa eso empezamos con todas las cuestiones legales de qué se tenía que hacer, lo que hicimos fue solicitar la custodia al Estado y el Estado nos la otorgó”, describió Lucía acerca del proceso de demanda en contra de la madre, debido a que el menor se encontraba siendo víctima de negligencias.

Por su edad, Pedro ahora se encuentra ya en posibilidad legal de que en caso necesario pueda elegir con quien estar; la familia de Lucía y Juan no contó con acompañamiento de ningún tipo por parte de autoridades o personal del DIF, tampoco de instituciones u organizaciones de la sociedad civil, porque no encontraron con quién acudir en aquel entones, por lo que la madre de familia reconoció que hay lagunas en el deber del Estado para garantizar el bienestar de las infancias desprotegidas.

“Desde hace ocho años está con nosotros, tenemos en total cuatro hijos, incluyéndolo, él de casi 17 años, una de ocho años, otro de cuatro y una de dos. Nosotros realmente no nos preparamos para ser padres de acogida, yo creo que son parte de las situaciones que pasan en la vida y que, así como otras personas se van a sentir identificadas, hay veces en la vida que no te puedes preparar para cosas. Hay cosas en la vida en las que actúas o no actúas, haces algo o no haces nada (…) Fue la necesidad y el querer apoyar”, dijo convencida de su papel como madre para cuidar, proteger, educar y acompañar con disciplina para que sus hijos se conviertan en personas de bien.
“Yo digo gracias a Dios, porque finalmente nosotros llegamos con otro abogado (…) él nos asesoró y con él pusimos la demanda. Nosotros teníamos todo lo que nos avalaba, porque cuando cuándo tú te quedas con un niño, en este caso, un niño en situación de calle, y que de repente tal vez los papás biológicos quieran ir por él, ellos sí pueden porque son los padres biológicos, aunque estén en violencia, uno como tercero queda como secuestro infantil. Entonces, mucho cuidado, asesórense con un buen abogado que a ustedes les genere paz y tranquilidad las opciones que les está danto, nosotros recibimos la custodia con un acta legal donde vienen nuestros nombres”, compartió Lucía.

La entrevistada lamentó que, pese a contar con los documentos que avalan que son los tutores legales de Pedro, al presentar solicitudes de becas, se les ha negado el acceso porque no son los progenitores.

Con la experiencia de vida que han tenido, Lucía recomendó a las personas que tienen intención o se encuentran en proceso de recibir a un menor en su núcleo familiar que vean la película “Familia Al Instante”, de la cual comentó “yo creo que refleja mucho sobre los primeros meses de lo que vivimos los padres que adoptamos o acogemos”.

Nota: Los nombres de las personas que compartieron sus testimonios para abordar el tema de la adopción fueron cambiados a nombres ficticios a petición de ellos por temas de privacidad, sin embargo, las historias fueron compartidas conforme a las declaraciones que compartieron con Netnoticias.