Ciudad Juárez.- En un puente de madera construido en medio de la cuenca del río Bravo, cerca de 200 familias se pudieron reencontrar para abrazarse por unos minutos tras ser separadas por políticas migratorias, algunos de ellos no se han visto durante décadas; el evento “Abrazos No Muros” reunió hoy a 2 mil personas.

En el Día de Muertos, una representación teatral con títeres colosales contó la historia de María y su hijo Juan, a quien dejó para irse a trabajar a los Estados Unidos con el sueño de brindarle una mejor vida con estudios y sin que tuviera que trabajar siendo un niño, sin embargo, durante el camino enfrentó una difícil travesía y perdió la vida.

El escenario recuerda las realidades de miles de personas que salen en busca del “sueño americano”, y que en lo que va del año, tan solo en el sector del El Paso, Texas, 176 personas han perdido la vida, informó Fernando García, director de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos (BNHR, por sus siglas en ingés), ente que organiza el evento.

En cada edición los organizadores deben elegir entre miles de solicitudes debido a que la capacidad para realizar el evento solo les permite aceptar a 200 familias para llevar la logística y hacer posible la colaboración entre organizaciones, instituciones y autoridades.

El evento arrancó con la participación de tres líderes religiosos que encomendaron a Dios a las familias y oraron porque existan políticas migratorias humanistas que permitan a las personas migrar sin poner su vida en riesgo.

Entre las organizaciones aliadas que se hicieron presentes en el evento, se encontraban tanto de El Paso como de Ciudad Juárez; en representación del alcalde de Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, acudió Santiago González Reyes, director de Derechos Humanos, y quien coordina la atención a migrantes a través de bolsa de trabajo, albergue y alimentos.

Las personas participantes realizaron un registro previo a través del evento que lleva nueve años, formando alianzas para reunir a miles de familias en la frontera entre Estados Unidos y México en la cuenca del río Bravo que separa a Ciudad Juárez de El Paso, Texas.

El director de la BNHR recordó que el objetivo es hace visible que las políticas migratorias, afectan a las familias, separan a los padres de sus hijos, e impide que las personas puedan convivir en un mismo país y territorio, cuando el único objetivo es acudir a otro país en busca de mejores oportunidades de vida, refugio o ayuda humanitaria.