La declaración que dio a conocer la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, en el sentido de que viene en camino la que han denominado la “caravana madre”, un grupo de migrantes que planea salir de Honduras con alrededor de 20 mil centroamericanos, seguramente provocará más nerviosismo en las autoridades norteamericanas, lo más lamentable es que, la funcionaria, no tiene la menor intención de evitar que ingresen a México, pues dijo que se prevé permitir que la caravana madre avance sólo hasta el Istmo de Tehuantepec, donde ubicará instalaciones migratorias, de Policía Federal y de Protección Civil para evitar que sigan su paso hacia la frontera norte, con eso el problema nos lo quedamos con todo lo que ello implica, por algo no los quieren aceptar los anglosajones.

Y aseguró “No vamos a militarizar nuestra frontera sur, que quede claro, y así se lo expresé a la señora Kirstjen Nielsen”; - secretaria de Seguridad Interior de la Unión Americana, con quien se reunió recientemente- “tampoco vamos a seguir dando las visas humanitarias de forma masiva. Vamos a dar permisos temporales de visitante y de trabajo en toda la zona sureste de nuestro país, ordenadamente y de forma segura”. Y eso de que ya no van a dar visas humanitarias, qué diferencia hace si de todas formas les van a entregar permisos de visitante y de trabajo, la verdad en la práctica es exactamente la misma situación, solo es un juego de palabras que, como cualquier político de siempre, utiliza la secretaria Sánchez Cordero.

Antes estas declaraciones la canciller hondureña, María Dolores Agüero, envió una carta a su homólogo mexicano, Marcelo Ebrard, en la que afirma: “Honduras manifestó su malestar ante el Gobierno de México por las declaraciones sin sustento vertidas por autoridades mexicanas, las cuales considera que se convierten en detonantes de la migración irregular, a la vez que solicitó más espacios para coordinar acciones migratorias conjuntas”.

Y lo que considera la canciller Agüero, es completamente cierto, pues si los hondureños no tenían contemplado salirse a buscar el sueño americano, la secretaria mexicana ya les dio una idea, además de que les informó que no les va a impedir el paso hacia México, pero también les hace saber que les va a dar visas de visitante y trabajo, mientras que acá en Juárez, el presidente Armando Cabada, difunde que del total de migrantes que piden asilo, menos del 10% consiguen tal propósito, el resto se tienen que regresar a su país después de meses se batallar y perder dinero que no tienen, arriesgado su vida y la de su familia. El edil lo hace con la intensión de que, quien estuviera pensando en iniciar un esfuerzo similar, lo piense dos veces antes de intentarlo.

Pero lo peor es que los secretarios de estado y en general el gobierno federal, lo que está haciendo es mostrar un supuesto rostro amable, dejando pasar a todo el que quiera a través de nuestra frontera sur, sin hacerse responsable de lo eso implica, por ejemplo, todos los gastos de los migrantes que llegan a las ciudades fronterizas, los cuales hacienden a miles de pesos diarios, ya que se les debe dotar de un lugar donde dormir, apoyo médico, que se traduce no solo en revisiones sino en las medicinas en caso de que las necesiten, tres alimentos al día, etc. etc.

Esta situación ya está provocando estragos en las ciudades fronterizas, no solo por todos los gastos que se generan, sino ahora con el incremento en los tiempos de cruce en los puentes internacionales, y eso no es ningún invento ni se trata de figuraciones de los contras a AMLO, es completamente real, la gente que necesita, por alguna razón, acudir a El Paso Texas esta tardando hasta tres horas en cruzar.

Y no se trata de solo perdida de tiempo, sino de recursos que se malgastan al permanecer tanto tiempo en una fila que, por momentos, no se mueve ni un centímetro, por los cierres que pronto realizan los integrantes del CBP, así que bien haría, la secretaria Olga Sánchez, de simplemente cuidar más lo que dice, al menos, esa es la idea…

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