La violencia presente en el país no va a ceder con discursos, buenas intenciones o escalando la estrategia implementada por los gobiernos de Calderón y Peña Nieto.

La política pública que la nueva administración propone seguir, para abatir los índices de violencia, es muy semejante a la de los dos sexenios anteriores. Ésta, en su momento, fue muy criticada por altos personajes de MORENA.

Pero ahora, de manera inexplicable, la defienden con apasionada vehemencia. Lo que antes estaba mal ha pasado a estar bien solo porque ellos son gobierno. Los personajes que se contradicen incluyen al presidente.

Como se esperaba, al inicio del gobierno de López Obrador, los índices de violencia crecieron con relación al mes anterior. Esa es la tendencia y no podía ser de otra manera.

El pasado diciembre, el primer mes del gobierno de la nueva administración, es el más violento desde 1997. Los primeros 31 días terminaron con 2,330 homicidios, según El Financiero (07.01.19)

El promedio diario de los asesinatos el pasado diciembre es de 75. Es entre 37 y 128 por ciento más de lo registrado para diciembre del primer año en la administración de los presidentes Fox, Calderón y Peña Nieto.

El indicador, de suyo grave, no sorprende porque el nuevo gobierno no ha hecho nada distinto al anterior, para combatir al crimen. Si se hace lo mismo no pueden obtenerse otros resultados.

La aplicación de la supuesta nueva estrategia, que todavía no ha podido entrar en operación, va a estar a cargo del Ejército. Para eso es necesario la aprobación de la creación de la Guardia Nacional.

El Congreso estos días discute la propuesta de ley y luego todavía habrá que ver si se obtienen los votos necesarios, para cambiar la Constitución y dar a los militares el control de la seguridad en todo el país.

El eje central de la propuesta de la nueva estrategia de combate al crimen organizado es la militarización de todo el territorio. Las policías estatales y municipales quedarían al margen o estarían bajo control militar.

Ahora, la estrategia que opera el Ejército es la misma de los últimos 12 años. Por eso los indicadores de violencia de los próximos meses serán semejantes a los anteriores e incluso pueden crecer como sucedió este diciembre.

La posibilidad de un cambio en los índices de violencia, que muestre hay una significativa reducción, para el gobierno pasa necesariamente por dos cosas: que se apruebe la creación de la Guardia Nacional y una vez que esto suceda empiece a operar la nueva estrategia.

Si ocurren las dos cosas anteriores, una se sigue de la otra, en tres años, según el gobierno, se podría constatar que la estrategia funcionó y con ello se redujo la violencia. Ahora, el panorama es incierto.

Ante esta realidad en el corto y mediano plazo la única manera de reducir los números de la violencia es que el gobierno publique índices oficiales a modo. Ya ha realizado consultas a modo. ¿Por qué no una estadística también a modo?

Rubén Aguilar Valenzuela

Twitter: @RubenAguilar

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