El gobierno del presidente Peña Nieto (2012-2018) va a terminar con 125 mil asesinatos, que son 25 mil más que los que tuvieron lugar en el gobierno del presidente Calderón (2006-2012).

Las víctimas de diciembre del 2012 a octubre del 2018 son 121,948; según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Y si noviembre se comporta igual que octubre la cifra final será de 124,408 homicidios.

La proyección es que 2018, sin incluir diciembre, termine con 26,303 homicidios que sería el año con el registro más alto, desde que se tiene la cuenta, al superar los 25,324 homicidios del 2017. Si se incluye diciembre la cifra llegaría a los 29,000 asesinatos.

Cuando el presidente Peña Nieto asumió la presidencia y Osorio Chong la secretaría de Gobernación, fueron particularmente críticos de la estrategia del gobierno anterior. En su versión quienes los antecedieron no habían hecho bien su tarea.

En ese tiempo anunciaron una supuesta nueva estrategia que pacificaría al país. Fueron enfáticos en decir que ellos sí harían bien la tarea. La estrategia no tuvo ningún cambio y se siguió la que estaba; que las Fuerzas Armadas siguieran a su cargo.

La aplicación de la estrategia logró que aumentara el número de los homicidios: En 2013, 18,106; en 2014, 15,520; en 2015, 16,909; en 2016, 20,547; en 2017, 25,324 y en 2018, 26,303. A lo largo del sexenio un promedio de 55 personas asesinadas al día.

El gobierno termina con una tasa de homicidios de 19.2 por cada 100 mil habitantes. Los que tienen los índices más altos son: Colima con 67.9; Baja California con 63.5; Guerrero con 51.4 y Chihuahua con 40.1.

Para tener un comparativo con estos números solo decir que en el último año del presidente Fox (2000-2006) la tasa de homicidios por 100 mil habitantes fue de 8.0. Y en el del presidente Calderón de 16.0.

El presidente López Obrador (2018-2024) y las personas que se van a encargar de la seguridad en su gobierno han sido muy críticas de la estrategia implementada por el gobierno anterior.

Y a pesar de la crítica el nuevo presidente ha optado por la misma estrategia de Peña Nieto, pero en una versión más radical. La seguridad pública en todo el país queda en manos del Ejército a través de la Gendarmería Nacional.

La Constitución cambia en una docena de artículos. Se van a aprobar tal como los mandó el presidente porque su partido tiene la mayoría en ambas cámaras del Congreso. La iniciativa ha provocado el rechazo de todas las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en el tema.

La evidencia en México y otros países, hay muchos estudios, muestra que cuando el Ejército se hace cargo de esa tarea se eleva el número de los muertos y la violación de los derechos humanos. El pronóstico es que la estrategia de López Obrador va a producir todavía más homicidios que su antecesor.

Rubén Aguilar Valenzuela

Twitter: @RubenAguilar

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