En México y en el resto del mundo “los pueblos tienen el gobierno que se merecen”, así reza el refrán y no es más que la pura verdad, pues estamos siendo testigos de cómo las mayorías eligen a los candidatos más radicales, quienes sin el más mínimo pudor manifiestan abiertamente su poca tolerancia contra lo que ellos consideran está incorrecto, además de que en muchos casos se trata de personajes homofóbicos y misóginos y con estas características hay países tan poderosos donde las sociedades, se suponen piensan muy bien a quien van a poner al frente de sus naciones como los Estados Unidos, cuyo mandatario dice mentiras un día si y al otro también, y desestima a los medios de comunicación y periodistas que no le siguen la corriente, tachándolos de que son los responsables de los problemas que ocurren en su nación o que carecen de capacidad y todo lo hacen frente a las cámaras que simplemente graban y reproducen su decir, mismo que si Trump considera que se equivocó, lo único que hace es negar su decir pese a la evidencia.

Mientras que en el caso de nuestro país, el presidente electo también de inmediato califica a los medios de “fifís” si lo que publican no es de su agrado o de plano simplemente no contesta lo que se le pregunta o contesta lo que quiere, sin mayor problema, y se escuda en supuestas consultas ciudadanas, pese a saber que no cumplen con las más mínimas normas para ser validas, y ese es el gobierno que eligieron la mayoría de los ciudadanos mexicanos.

Y es que no se puede creer que en la última reunión que tuvo López Obrador con los integrantes de la coalición Juntos Haremos Historia en la que se encontraban legisladores de Morena, PT y Encuentro Social a quienes les va a presentar la abrogación derogación o cancelación de la reforma educativa, pero en ningún momento mencionó que se trabajaría en una verdadera reforma que privilegie la educación, sino que se centra en el tema laboral, lo mismo que critican de la reforma a derogar, pero a la inversa, que ahora contaría con mejores condiciones de trabajo, sin decir absolutamente nada de la calidad de la educación, que es la que nos mantienen en los niveles que actualmente padecemos y que depende de la forma en que se imparten las clases, y lo más increíble es que la ovación no se hizo esperar como en los mejores tiempos del PRI, en la que no importaba lo que dijera el presidente, se le aplaudía a rabiar.

También dijo que va a proponer que “cuando menos se ponga un renglón en la constitución que diga, algo así, los aumentos a los salarios nunca serán inferiores a la inflación”; pero, ¿que no se supone que el incremento a los salarios provoca el fenómeno de inflación, por haber más circulante en las economías?, así que eso que propondría el mandatario electo, podría parecer casi imposible de lograr, ya que nunca se le daría alcance a la inflación, al menos en teoría.

Por eso, lo de que los pueblos tenemos los gobiernos que nos merecemos, pues primero los elegimos y después los dejamos hacer lo que les viene en gana, unos justificando su mal actuar por el simple hecho de que anteriores gobiernos hicieron lo mismo o cosas peores, situación que no se debería permitir, pues se votó por un cambio pero no para seguir igual, mientras que otros ciudadanos, se mantienen al margen sin decir nada y solo lamentándose de las condiciones del país, sin reconocer que todos somos responsables de lo que pasa en México y mientras continuemos así, seguiremos sin salir del bache en el que nos encontramos y esa no es la idea…

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