El PRD se funda en 1989. Nace de la unión de la Corriente Democrática del PRI, el sector del nacionalismo revolucionario, que abandona ese partido en 1988, y el Partido Mexicano Socialista (PMS), que se funda en 1987 y surge de la fusión de seis fuerzas de izquierda; las más importantes el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT), el Partido Socialista Unificado de México (PSUM) y el Partido Socialista de los Trabajadores (PST).

Desde su fundación son las posiciones del grupo priista de la ideología del nacionalismo revolucionario, encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, las que se imponen. Los tres primeros presidentes el PRD fueron integrantes de esa corriente del PRI, los dos citados y Andrés Manuel López Obrador.

Ya como PRD Cárdenas se presenta como candidato a la presidencia de la República en las elecciones de 1994 y 2000. En las dos es derrotado. En 2002 renuncia al PRD y así López Obrador se convierte en el líder de esa corriente ideológica. En tal calidad es candidato del PRD a la presidencia en 2006 y 2012. En ambas pierde. El PRD nunca propuso como candidato a alguien que viniera de la izquierda.

En 2012 López Obrador deja al PRD, para crear el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que obtiene el registro en 2014. Con él se van del PRD los integrantes de la corriente del nacionalismo revolucionario y también sectores de la izquierda más estridente. El PRD, en los hechos, se queda sin ideología. Y pierde también a una parte importante de sus dirigentes y sus bases. De manera clara, las que venían del PRI.

En 2018, el grupo del nacionalismo revolucionario, ahora en Morena, aliado con diversas fuerzas, incluyendo las más conservadoras, gana la presidencia con López Obrador como candidato, cuando se presenta por tercera vez. El PRD en esta elección va en coalición con el PAN y el MC. Sus resultados electorales expresan con claridad que su simpatía y base social ya es marginal. López Obrador y Morena han borrado al PRD. Lo que antes pudo representar se ha ido ahora con ellos.

Para el PRD ha terminado un ciclo histórico de 28 años. Ahora en la dirección del partido y las diversas corrientes que lo integran hay claridad de que se acaba un ciclo político. Conscientes de esa realidad el pasado tres de octubre integraron una Comisión Nacional de Diálogo, de carácter plural, para analizar el futuro del partido. En la dirigencia hay consenso de que queda atrás una época y hay necesidad de transitar pronto a otra.

En la mesa de la discusión está si se refunda el PRD, o se va más allá y se decide abandonar el registro que ahora tienen y crear, desde abajo y con nueva gente, otro partido. Hay también consciencia de que la nueva organización no puede venir desde el PRD porque no cambiaría nada y no sería creíble. Tiene que surgir de sectores amplios de la sociedad que se identifiquen con una plataforma socialdemócrata progresista y avanzada. Ya se verá.

Por: Rubén Aguilar Valenzuela

Compartir:
Publicidad
Enlaces patrocinados