Últimamente hemos visto como se están registrando hechos de sangre en distintos establecimientos de diversión nocturna, conocidos como antros o bares, pero también esta violencia se registra en otros negocios como restaurantes y en algunos puestos de comida. Posiblemente quienes se dedican a llevar a cabo estas acciones eligen el momento en que su objetivo se encuentra distraído, divirtiéndose o comiendo, lo que los vuelve vulnerables a estos ataques que desafortunadamente se llevan a gente que nada tiene que ver con la cuenta que presuntamente se está ajustando, refiriéndome a cuando se trata del crimen organizado, pues existen otras situaciones en las que son aparentemente ciudadanos que sin ser delincuentes deciden conseguirse un arma de fuego para su propia protección, lo malo es que quien porta uno de estos objetos, tendría que ser alguien que no se deje llevar por el impulso, con miras a no reaccionar ante la menor provocación.

Recientemente tuve la oportunidad de platicar con el jefe de gobernación estatal en Juárez, Ignacio Castro, institución que revisa la operación de los centros de diversión nocturna y el afirma que todos estos lugares están obligados a tener un arco detector de metales en la entrada de sus establecimientos y que el no poseerlos es motivo de sanción, pues es parte de las medidas de seguridad que están obligados a instalar, cosa que, si está en la ley, ha sido letra muerta, pues son muy pocos los lugares que efectivamente cuentan con estos dispositivos de seguridad, la verdad; a reserva de los que se ubican en algunas oficinas públicas, el único lugar de la iniciativa privada donde yo los he visto es en el centro de convenciones Cibeles; debo aclarar que no soy muy afecto a la vida nocturna y por lo mismo desconozco si existen otros lugares en los que se cuenten con estos sistemas. Sin embargo, me causa extrañeza que sean realmente pocos los negocios que los posean, por supuesto que lo ideal sería que no fueran necesarios, pero dadas las condiciones de inseguridad de nuestra ciudad, la realidad es que deben estar, para tranquilidad de quienes gustan de estos sitios de esparcimiento.

Otro tema que tiene que ver con la seguridad y también es importante, es que en la mayoría de los centros de diversión lo único con lo que cuenta es con guardias en las entradas, que más bien son una especie de porteros y no de los de futbol aunque parecerían, ya que simplemente se dedican a cuidar quien entra y quien sale, sobre todo tratándose del tema de los menores de edad o de quienes pretenden salirse sin pagar la cuenta como ha ocurrido últimamente en donde clientes se salen del establecimiento como si nada pero al ser descubierto los detienen y llaman a la policía, si se insiste en el tema de que no deben nada.

En el anterior caso, estos guardias tienen una función especifica que es tratar de que la casa no pierda, cosa que esta bien para el dueño del establecimiento y están en todo su derecho, lo malo es que solo para eso sirven y de la seguridad para los clientes no hay nada, pues como se trata de gente – los guardias- que no tiene una capacitación especial para poder inmovilizar o impedir el ingreso de una persona armada; simplemente ocurren desgracias como las que se han visto en los últimos días en los que hemos sido testigos de como dan muerte y lesionan a gente que no tenia nada que ver con la gente a la que iban buscando y que finalmente cumplen con su objetivo de privarlos de la vida.

Por su parte las autoridades aseguran que en algunos casos han podido dar con los presuntos asesinos, o al menos es lo que afirman, falta comprobar que efectivamente los presentados como culpables, de verdad lo son, sin embargo al margen de esas detenciones, mientras los ajustes de cuentas o agresiones con armas no se detengan, la percepción ciudadana continuará siendo la misma, persisten los niveles altos de inseguridad, cosa que cambiaria completamente si se dejaran de presentar estos hechos tan lamentables, pero para eso se requiere de verdadera voluntad y por el momento no se sabe si en eso están empeñados nuestros gobernantes o sus energías están enfocadas en muy distintos temas que nada tiene que ver con el bienestar de la población y esa, esa no es la idea…

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