Ciudad Juárez.– Este día un grupo de personas en condiciones de movilidad arribaron a esta frontera a bordo de los vagones del ferrocarril de carga, donde fue posible apreciar un importante cantidad de niños y niñas.

En este abril organizaciones internacionales convocan a reflexionar sobre el acceso de los niños y niñas a sus derechos humanos. En Ciudad Juárez, el camino de las infancias en situación de migración deja a su paso muestra de realidades complicadas en las que aspectos básicos como la alimentación, la vivienda y la recreación toman otras perspectivas.

Los menores de edad descendieron junto a sus familias en suelo juarense cuando el tren detuvo su marcha dentro de la ciudad a la altura de la calle Aserraderos y Eje Vial Juan Gabriel, a espaldas del complejo de oficinas gubernamentales ubicadas en el sitio.

En el recorrido realizado por Netnoticias se observó cómo los pequeños de diferentes edades son llevados en brazos, cargando sobre los hombros y recibiendo los cuidados disponibles con alimento, agua y buscando refugio del abrasador sol que ocasiona temperaturas de 30°C esta tarde.

Entre el tumulto de personas, quienes aceptaron responder unas preguntas, afirmaron venir de países como Venezuela y Colombia, llevando algunos entre cuatro y seis meses de viaje desde que salieron de su país de origen hasta este día que lograron llegar a la frontera con EU.

“El principal reto es la comida y la migración, son malos, golpean a los niños, nosotros no nos vamos a quedar en su país, lo que queremos es llegar a Estados Unidos. Lo que ellos hacen es golpearnos para devolvernos. Nos han devuelto hasta tres veces”, afirmaron varias voces a la pregunta expresa de cuál fue la principal dificultad en el camino.

En el grupo viajaban 15 personas, más de la mitad eran infancias, es decir, seis adultos y siete niños, que se encuentran entre los dos y los 11 años de edad.

“La alimentación es lo más difícil, agua, atún y mayonesa”, expresó una madre de familia que iba junto con dos menores que tenían entre dos y cinco años de edad.

Bajar y subir del tren implica riesgos, complicaciones que ponen en peligro la vida. Además, buscan llegar lo más pronto posible al límite con los Estados Unidos para “entregarse” a las autoridades, por lo que entre más pueden avanzar mejor, por lo que las oportunidades cuando el tren se detiene se concentran en conseguir agua ante la dificultad de transportar alimentos.

Hay quiénes llevan gorros tejidos en su cabeza mientras visten vestido o short, incluso con otras prendas como chamarras y pantalones empalmados para atenuar tanto las noches frías como la exposición directa al sol que les acompaña en el camino.

Pensar en el sano desarrollo de sus hijos, con mejores oportunidades educativas al contar con un empleo e ingreso seguros, es una de las ideas que mueve a las familias que han atravesado países completos en busca de un sueño.

Por ahora, a una pequeña le basta con caminar por una acera llevando un cochecito de color rosa fucsia en la mano izquierda aferrándose a él firmemente mientras junto a sus padres sigue al grupo de gente que se encamina al río Bravo para cruzar la frontera.

Condiciones económicas, sociales y hasta políticas se encuentran entre las causas de una importante movilidad de personas precedentes de centro y sudamérica por el territorio mexicano en la búsqueda de llegar a los Estados Unidos.

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