Ya en otra oportunidad he afirmado que en ciudad Juárez no estamos muy contentos de que vayamos a tener como vigilantes de las calles de nuestra frontera a elementos del Ejército Mexicano, aunque se diga que la Guardia Nacional será un cuerpo de policía, pues ni siquiera van a estar disfrazados de policías, ya que, como es bien sabido, sus uniformes están casi iguales al de cualquier elemento del ejército, bueno hasta el casco traen.

Y el descontento por su presencia, no es gratis, se debe a que ya los tuvimos actuando en años pasados y la verdad no nos fue nada bien, pues los abusos estuvieron a la orden del día, pero otro inconveniente fue que en el caso de la administración del presidente, José Reyes Ferriz, (2007 – 2010) de triste memoria, por la situación que le tocó enfrentar y por lo mismo solicitó la entrada de las fuerzas armadas con miras a darle solución, y efectivamente llegaron los elementos castrenses pero se dedicaron más a extorsionar a la población que a combatir al crimen organizado, pues las ejecuciones públicas no cesaron, incluso en algunos casos, pese a ser testigos –los soldados- de esos ajustes, no intervinieron como ocurrió frente al edificio del Poder Judicial de la Federación en el que estaban justo frente a donde se registraba una agresión a balazos y no movieron ni un dedo para intervenir, pues seguramente sus órdenes eran otras; y esa es la forma de actuar de los integrantes del ejército. Si sus órdenes, en este caso, eran salvaguardar las instalaciones antes referidas, no podían dejar eso para intervenir en otros incidentes por más fuertes y violentos que fueran.

Pero aparte de eso la administración de Reyes Ferriz se vio obligada a cargar con la manutención de los oficiales castrenses, lo que tuvo un costo muy elevado, tanto así que no hubo recursos para otras necesidades apremiantes de la ciudad, incluso hasta les prestó vehículos nuevos, los cuales el Ejército pintó con sus colores característicos, mismos que supuestamente usaría nada más durante su estancia en nuestra ciudad, lo malo es que los militares se fueron, como se dice coloquialmente, “con todo y hebra”, es decir las camionetas nunca fueron regresadas, se las llevaron y por la fama que tiene esa institución, las autoridades prefirieron ya dejarlo así para evitar mayores problemas con ellos, ya estaban más bien agradecidos con su partida. Así de mal nos fue.

Y ahora las reglas de operación de la Guardia Nacional prevé que todo gobierno estatal y municipal que requiera de los servicios de los flamantes oficiales militares, digo policiales, deberán aportar parte proporcional de los gastos que se generen durante la permanencia de ellos. Así lo establece claramente el artículo 96 en el Título Sexto de la propuesta de Ley de la Guardia Nacional, que textualmente dice “Las entidades federativas y los municipios que reciban la colaboración de la Guardia Nacional aportarán proporcionalmente, con cargo a sus presupuestos, los recursos económicos, humanos y materiales necesarios para sufragar parcialmente los costos de operación del personal de la Guardia Nacional destinado a dicha colaboración”

A lo anterior súmele que los gobernadores y alcaldes también “se harán cargo de solventar los gastos de los hechos y situaciones derivados de las actividades de ejecución de los convenios de colaboración”.

También “Los gastos no previstos, que se generen por caso fortuito o fuerza mayor, se cubrirán proporcionalmente por los gobiernos federal, de las entidades federativas y de los municipios”.

Por todo lo mencionado esperamos que este nuevo cuerpo de verdad de resultados, de lo contrario una vez más solo gastaremos recursos públicos, que no tenemos, en mantener a un grupo de elementos que perjudican más de lo que pudieran beneficiar y esa no es la idea…

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