Cada día llegan más centroamericanos y de otras nacionalidades a nuestra ciudad buscando llegar a los Estados Unidos, para concretar el famoso sueño americano, la mayoría dicen que vienen huyendo del clima de violencia que se vive en su país de origen, mientras que otros solo quieren mejorar sus condiciones de vida, es el caso de los cubanos quienes en su mayoría llegan en avión y utilizan un taxi que los lleva a la Casa del Migrante a donde piden que se les dé cobijo en lo que les dan entrada a su solicitud para ingresar a la unión americana.

A estas personas que no son mexicanas se les están uniendo ya paisanos del sur del país, mismos que vienen con la misma intensión, pero que antes no se les brindaba apoyo alguno en su estancia en la ciudad, sin embargo ahora viendo que los albergues se abrieron a los integrantes de las caravanas y brindan un lugar donde dormir, asearse, atención medica además de sus tres comidas diarias, decidieron aprovechar ese beneficio que en justicia, ellos, nuestros paisanos tendrían más derecho a recibirlo, ya que son ciudadanos mexicanos.

Y efectivamente toda este gente que se calcula alrededor de mil 600, permanece resguardada tanto en la casa del Migrante, en el gimnasio del Colegio Bachilleres, algunos otros en estancias improvisadas por pastores religiosos, y los que traen dinero, hasta en hoteles de la ciudad, lugares donde les proveen todo lo que necesitan mientras les llega su turno para ser atendidos por autoridades de los Estados Unidos, lo malo es que cada día que pasa nos cuesta a todos los mexicanos que pagamos impuestos, 300 pesos por persona lo que resulta en millones de pesos ya en total, cosa que difícilmente se podrá seguir manteniendo y menos por que no se detiene el número de personas que llegan a Juárez con las mismas intensiones, pues en la frontera sur de nuestro país no se tiene la intención de cerrarla incluso el propio, Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, dejó claro que no se les va a impedir el ingreso a mas caravanas de migrantes, pese al ataque con piedras y palos de que fueron objeto, personal del Instituto Nacional de Migración en días pasados, posiblemente porque eso le afectaría la imagen al presidente López Obrador, quien se empeña en mostrarse magnánimo con los que menos tienen, aun con la afectación a la población nacional, ya que simplemente dicen que se seguirá recibiéndolos sin hacerse responsables de todos los servicios que requieren, mismos que se los están dejando a los municipios fronterizos como el nuestro y esto ya está llegando al límite, sin que se vea clara la presencia del gobierno federal en Juárez.

Por su parte la autoridad estatal ya está solicitando la implementación del Plan DN-3 del Ejército Mexicano con el propósito de que ayude de en la atención para toda esta gente, esto sería particularmente bueno ya que de esta forma el Gobierno de la República se daría cuenta de primera mano que no hay recursos que alcance y sobre todo de la magnitud del problema y que no se le siga haciendo fácil, simplemente continuar permitiendo el ingreso de más migrantes.

Es cierto, se debe respetar el derecho de toda persona a la movilidad, pero no a expensas de la economía de un país, o en este caso de un municipio o entidad, ya que se deja de invertir en otros aspectos que, como ciudadanos, requerimos para tener una mejor calidad de vida.

Y esta crisis migratoria en las ciudades fronterizas, a diferencia de la que menciona el presidente de los Estados Unidos Donald Tump, si es real y está provocando estragos, tanto así, que ya los empresarios se pronunciaron porque se termine, pues tendrá un costo muy elevado que en este momento no se puede sostener y esa no es la idea…

Compartir:
Publicidad
Enlaces patrocinados