Beatriz Lozoya, su incansable labor por la equidad de género
Foto: Cortesía | Yvoné Vidaña

Ciudad Juárez.- “No tenía idea de lo que era la equidad de género, ni que existiera algo que se llamara así, pero desde muy niña, llamó mi atención la situación de desventaja en que mujeres cercanas vivían, frente a los hombres”.

Beatriz Lozoya se recuerda a sí misma cuestionándose el por qué mujeres de su familia que trabajaban y eran económicamente autosuficientes, eran víctimas de maltrato por parte de los varones cercanos.

Este extrañamiento la acompañaría desde entonces.

Durante su adolescencia, por asuntos relacionados con el trabajo de su padre, Beatriz se muda junto con su familia de su natal Durango a Ciudad Juárez.

“Cuando fue el tiempo de ingresar a la universidad, ya en Juárez, me dijeron que tenía aptitudes para los números y entré a estudiar ingeniería; en ese periodo ocurre algo que cambió mi vida; uno de mis hermanos me invitó a hacer trabajo voluntario en Casa Amiga y ahí descubro que lo que quería hacer en la vida, estaba lejos de lo que aprendía en la universidad y decido, faltando un semestre para concluir, abandonar los estudios”.

Así que se dedicó a trabajar y seguir con el voluntariado en Casa Amiga, lugar que brinda apoyo psicológico, legal y médico a personas que han vivido situaciones de violencia, en especial a mujeres, niñas y niños en esta comunidad fronteriza.

En ese tiempo se detona el fenómeno de los feminicidios en Juárez y el contacto directo con la realidad de las personas afectadas le hace tomar dos acciones determinantes en su vida: estudiar psicología y dedicarse al estudio de la salud mental con perspectiva de género.

“Mi primer acercamiento real con el estudio de la visión de género, se da cuando obtengo una beca en la Ciudad de México, ahí empiezo a comprender la importancia de trabajar en ese sentido, en que las mujeres puedan acceder a una vida libre de violencia, con pleno reconocimiento a sus capacidades y aptitudes”.

Estando en la capital del país, le invitan a coordinar un proyecto de intervención psicosocial a adolescentes en esta frontera, en la que mediante el arte se les enseñaba una cultura con perspectiva de género y decide regresar a ésta, su segunda tierra.

A partir de entonces, el estudio permanente de esta especialidad mueve a Beatriz, quien actualmente labora en los Juzgados Civiles y Familiares de Ciudad Juárez y participa en un colectivo multidisciplinario que busca la implementación en Chihuahua de un modelo de justicia terapéutica, que de manera armoniosa ayude a quien ha padecido violencia de género.

Vaya mi reconocimiento y agradecimiento a todas las mujeres que desde sus respectivas trincheras abonan a que nuestra sociedad sea equitativa con todos sus integrantes, sin importar su género o condición, mujeres que, como Beatriz Lozoya, defienden su anhelo de justicia femenina y que trabajan diariamente por obtenerla.

La violencia de género no es un problema de las mujeres, es un problema de los hombres, que afecta a las mujeres.

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