Aun a estas fechas no está nada clara la forma en que operarán y darán mayor competitividad los ajustes a los impuestos que se autorizaron a las ciudades fronterizas y que, mal llamaron zona franca, pues esas zonas tienen condiciones de verdadera libertad en cuanto a la importación y exportación de mercancías dentro de una zona bien delimitada y sin tantos candados o condicionantes para que tanto empresarios, comerciantes y público en general los pueda aprovechar en su beneficio, situación sumamente distinta a lo que nos presentaron como zona libre o franca por parte del actual gobierno.

Y como le decía al inicio de este comentario, nadie tiene plenamente claro la forma en que se van a operar los famosos descuentos en los impuestos como el Impuesto al Valor Agregado IVA ni del Impuesto Sobre la Renta, ISR, pues los contadores, quienes si le entienden al tema, han manifestado que va a resultar sumamente complicado mantenerse dentro de estos estímulos fiscales además de que implicará un marcaje casi personal para estos contribuyentes de parte de las autoridades hacendarias, incluso las sanciones, si se llegan a cometer omisiones o irregularidades, serán muy severas, lo que hace pensar a muchos que sería mejor quedarse con el IVA al 16% y el ISR al 30%.

Lo malo de esto es que la población cree que esto de la reducción del IVA, que es el impuesto que le traerá beneficios directos, entraría igual como cuando se incrementó del 11 al 16%, es decir, de un día para otro y sin mayor trámite, simplemente se comenzó a aplicar y ya; desafortunadamente ahora no es así, el contribuyente debe darse de alta en el Servicio de Administración Tributaria, y si le autorizan, entonces podrá comenzar a aplicar la nueva taza, por lo mismo si el SAT no autoriza, simplemente se tendrá que quedar fuera del estímulo y fuera de competencia frente a los que si reciban tal beneficio, también lo lamentable, para los contribuyentes, es que los salarios al doble esos si están obligados a pagarlo, por lo que la desventaja se hace aún mayor.

Pero a lo anterior se suma otro impuesto, ahora estatal que se pretende que inicie su cobro en la primera quincena de febrero, este, aunque parece pequeño, pues es del orden del 2%, la realidad es que no lo es, ya que se aplica sobre el ingreso bruto, es decir, antes de que se resten los gastos normales de los contribuyentes, así que le pega directo a las percepciones y lo más lamentable es que se va a aplicar a todo profesionistas que trabaje por su cuenta, por ejemplo, los médicos, contadores, abogados, etc. Pero también a toda persona que se auto emplee, como mecánicos, plomeros, carpinteros, contadores, en fin, toda persona que trabaje por su cuenta, pues incluye toda actividad lucrativa.

Por su parte en su momento la autoridad estatal dijo que no se trataba de ninguna contribución nueva, ya que está en la ley desde 1994, nada más que no se aplicaba, pero a lo anterior se suma que, por ejemplo, las personas físicas no pueden acceder al estímulo del ISR que les bajaría un 10% tal contribución.

Pero no todo son malas noticias ya que existe la posibilidad de ampararse contra del nuevo impuesto estatal, y en este sentido, los fiscalistas advierten que el tiempo para ampararse en contra de tal gravamen está por concluir, pero si uno se mantiene indiferente y no hace nada para evitarlo, lo que gana, es decir, sus ingresos, se verán disminuidos, pues tendrá que entregar a la entidad el 2% de lo que obtenga producto de su esfuerzo; esto seguramente que alentará a mas prestadores de servicio a preferir irse a la informalidad, en la que no paga nada de impuestos, salvo el IVA y eso en nada beneficia a la economía nacional, así que esperamos que nuestros legisladores se pongan las pilas y le den marcha atrás a tal pretensión, ya que se supone son los que velan por nuestros intereses, pero como los vemos parece que se les olvidó esa obligación y esa no es la idea…

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