Entre las promesas que el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, hizo para la franja fronteriza destaca, que el salario mínimo se incrementaría al doble a partir del primero de enero de 2019, esto es, de 88 pesos, 36 centavos, pasó a 176 pesos con 72 centavos, y efectivamente ya la clase trabajadora percibe esa cantidad, y claro que de entrada suena bastante bien, sobre todo si se desconoce que la gran mayoría de los trabajadores en nuestra ciudad, efectivamente ya ganaban, desde antes del anuncio del presidente López Obrador, aproximadamente dos salarios mínimos, nada más que no aparecía como tal en su recibo de pago, sino que se les pagaba el mínimo en efectivo o deposito, mientras que el resto que completaba, incluso más del doble de la percepción, se pagaba con bonos que les llegaban íntegros al tratarse de una prestación.

Previo a la entrada en vigor del incremento al salario mínimo en fronteras, se especuló, que algunas empresas podrían tener algo de problemas para entregarles el nuevo salario a sus empleados y por lo mismo, y en su intento por cumplir con la ley, les retirarían los bonos para pagarles en efectivo, cosa que desafortunadamente se está presentando en algunas empresas que, al no poder soportar tal incremento de forma abrupta optaron por la referida opción; lo que tiene molestos a los empleados inmersos en esta situación, pues aseguran que les fue peor, ya que reciben menos ingresos, y los bonos simplemente desaparecieron o se redujeron de forma considerable. Una persona que me comentó de tal perdida en sus ingresos dijo que los bonos que anteriormente eran de alrededor de 400 pesos, actualmente son de tan solo 10 pesos, lo que consideran ridículo, pues con eso no les alcanza para prácticamente nada, ni hace la diferencia entre recibirlo o no, por lo mismo afirman que estaban mejor antes que ahora, ya que según su versión, en lugar de beneficiarlos los perjudicó.

Y como ésta, seguramente habrá muchas otras historias similares que no se conocen pero que, desafortunadamente por el anuncio hecho por el actual presidente López Obrador, posiblemente se crearon expectativas muy positivas, que al momento de entrar en vigor lo ofrecido, provocaron todo lo contrario.

Lo anterior se suma al resto de las promesas para las fronteras, ya que en el Impuesto al Valor Agregado (IVA), también lo que la mayoría esperábamos era que la disminución se diera igual que cuando se incrementó, es decir, no se requería de dar ningún aviso al Servicio de Administración Tributaria (SAT), sino que simplemente se comenzaba a cobrar a partir de cierta fecha y listo, sin mayor trámite comenzó a aplicarse, en esta ocasión no es así, incluso todavía es fecha en que no se pueden emitir facturas de comprobación fiscal al desconocerse si ya se aplica el 8 o el 16%.

Y en el caso de la reducción al Impuesto Sobre la Renta ISR, la cosa se hace todavía mas complicada, pues se requiere por fuerza de un contador bien capacitado y una gran cantidad de tramites para poder mantenerse dentro del estímulo fiscal, así que no ha sido tan fácil eso de los beneficios a las fronteras y la verdad esa, no era la idea…

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