Ahora resulta que primero se deben pavimentar todas las calles de la ciudad y reparar las que estén dañadas para entonces, pedir o exigir a los concesionarios de transporte público que renueven su flotilla de camiones, pues como están las calles de Juárez en este momento, no resulta negocio para quienes operan este servicio, al menos es lo que dijo el diputado local por el distrito 07, Gustavo De la Rosa Hickerson, quien textualmente mencionó “Como diputados no podemos exigir subir el estándar del transporte a una nueva ley porque la ciudad no tiene infraestructura”. Indicó que la mayoría de la inversión en pavimentación cubre el 25 por ciento, pero que una vez agotado este rezago, los diputados estarán en posibilidades de ser más exigentes.

Y agrega “Realmente pedirle ahorita en esas condiciones a Transporte Público que compre autobuses nuevos para que circulen en la estructura que circulan, es hacer mal negocio, por eso agradecemos que la inversión sea prioridad, que las rutas por donde circula el transporte estén pavimentadas y entonces podemos exigir mejoras sustanciales en el transporte, en caso de que no cumplan habrá sanciones porque la ley es para aplicarse”.

Nada más que uno de los rezagos más importantes que padecemos en Juárez, lo representa precisamente el pavimento, ya que no hay recurso que alcance para poder acabar con ese problema, así que prácticamente con este pronunciamiento Don Gustavo está diciendo que nunca van a exigir una renovación de la flotilla de camiones del transporte público.

¿Pero por qué entonces los uber, esos si traen vehículos de reciente modelo?, y aunque no son muy económicos sus precios, porque con el cuento de su tarifa dinámica, en muchas ocasiones lo que cobran al usuario se parece mucho a las tarifas de los taxistas, pese a ello la verdad es que sus unidades deben cumplir con un año modelo que están obligados a tener si desean continuar ofreciendo el servicio, mientras que los carros de alquiler, que también se quejan de que no es negocio invertir en automóviles más recientes, simplemente siguen con sus carros fronterizos de modelo viejo, salvo en contadas excepciones.

Lo más lamentable es que a final de cuentas, como que en Juárez estamos condenados a padecer un pésimo servicio de transporte, ya que en lugar de mejorar ya se quedó estancado, pues debemos recordar que en un inicio el transporte urbano se prestaba en unos camiones especialmente diseñados para ese propósito, que se les denominada delfines y que tenían dos puertas, una de ascenso y otra de descenso, mientras que las ruteras, en un inicio eran vehículos grandes que subían a toda la gente que cabía, y posteriormente estos viejos automóviles fueron reemplazados por camionetas van de asientos y más tarde llegaron los camiones escolares, y estos últimos se convirtieron en el vehículo por excelencia utilizado y de ahí ya nada ha cambiado, salvo en contadísimas excepciones en las que solo unos pocos concesionarios han metido camiones, no nuevos sino reciclados, pues a los viejos chasises se les montan carrocerías nuevas y en caso de requerirse, motores y todo lo que no esté en buenas condiciones, claro que algo es algo y se agradece, y al menos eso esperaríamos, pero con legisladores que en lugar de ponerse del lado del usuario, parece que velan por los interese de los concesionarios, se ve muy complicado que en algún momento veamos una verdadera evolución del transporte público en Juárez, y esa no es la idea…

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