Doce años de contienda
Foto: Cortesía

Ciudad Juárez.- Las iniciales de AMLO han marcado la historia del país, también su llegada a la silla presidencial luego de romper el estigma del “candidato eterno”, tras dos derrotas como candidato de izquierda.

Andrés Manuel López Obrador portará hoy una renovada banda como un líder que proviene de Tepetitán, Tabasco, y un político de 65 años, que se ha comprometido en la lucha contra la corrupción. Su edad lo deja como el segundo mandatario de mayor edad en la historia, siguiendo a Victoriano Huerta —que en su breve gestión en 1913— tenía 67 años, casi 68.

Pero la edad no fue un problema para AMLO al momento de dominar más de la mitad del voto nacional, superando los 30 millones. En 2024 terminará su gestión —de 5 años y 10 meses—, cuando tenga 70 años cumplidos.

Su abuelo era español y llegó buscando refugio en México. Fue criado en Tabasco por su padres comerciantes de Tabasco y Veracruz. Así que el acercamiento de López Obrador a la política se debió a su cercanía, como universitario, al poeta Carlos Pellicer, quien le abrió la puerta a sus aspiraciones cuando lo invitó a colaborar en su campaña al Senado, a mediados de los 70 y por el PRI.

Su interés por la protección de los indígenas chontales y la docencia, le dieron experiencia en la función pública. Iniciando los 80 ya era un hombre casado y tenía al primero de sus cuatro hijos. Su esposa entonces, Rocío Beltrán Medina lo acompañó en su crecimiento político —aún en el PRI— e intelectual ya que comenzó a escribir libros.

Después de una serie de fricciones en el partido oficial, en 1988 decide integrarse a la corriente rebelde del PRI, intentando romper con el “dedazo” también inicia una ruptura que marcaría su veto al poder, al oponerse a la candidatura de Carlos Salinas de Gortari.

Su renuncia al PRI le permitió ser candidato opositor a la gubernatura de su estado natal, pero perdió frente a Salvador Neme.

Neme renunció tras las presión política y social de López Obrador, quien señaló anomalías en el proceso. El sustituto de Neme fue Manuel Gurría Ordóñez.

Las corrientes rebeldes del PRI dieron nacimiento al Partido de la Revolución Democrática (PRD), Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano dio el liderazgo a la disidencia priista, que enfrentó inútilmente a Salinas en la contienda presidencial.

“Tabasco, víctima de un fraude”


En un segundo intento por la gubernatura de Tabasco, López Obrador vuelve a perder frente al PRI, fue Roberto Madrazo Pintado, quien pese a retrasar su toma de protesta por las manifestaciones, finalmente toma las riendas del estado, pero hace que las caravanas del tabasqueño tomen fuerza y popularidad por todo el país.

Ni el Instituto Federal Electoral (IFE, antes de ser INE) pudo hacer nada pese a señalar también las irregularidades en casi el 80% de las casillas.

AMLO no fue profeta en su tierra, pero la Caravana por la Democracia creció con él hasta llegar a la capital del país y le permitió hacer nuevas alianzas, su acercamiento con Marcelo Ebrard a inicios de los 90, fue decisiva.

La relación entre Cárdenas Solórzano y López Obrador ha sido de contrastes, el liderazgo en el PRD le permitió consolidar su carrera en el 2000, cuando finalmente logra su primer gran triunfo, al ser electo como Jefe de Gobierno en la Ciudad de México. Cárdenas al acaparar una y otra vez la candidatura más importante del país, en cierta forma ocasionó una fricción y un detonante de una nueva rúa política para el tabasqueño.

Ambos políticos tienen en común su persistencia a la contienda presidencial y los dos lo intentaron tres veces, pero solo AMLO consiguió ganar.

Como ironía, el martes pasado Cárdenas y López se reunieron en la casa de campaña, previo a un encuentro del tabasqueño con Enrique Peña Nieto.


“Por el Bien de Todos”

AMLO contendió en dos ocasiones por la presidencia. En su primer intento, después de renunciar en 2005 a la Jefatura de la Ciudad de México, decidió postularse a la carrera presidencial por la coalición “Por el Bien de Todos”, formada por el PRD, el Partido del Trabajo y Convergencia.

Pero en 2006 perdió frente al candidato panista Felipe Calderón por una mínima diferencia. La contienda electoral se tuvo que definir en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y aunque tomó en protesta al resultado a la Ciudad de México desde su corazón, el Zócalo, ni un millón de personas pudo generar un cambio.

En 2007 bautizó a los protagonistas de todas las anomalías en la contienda electoral como “La Mafia” que le arrebataba la posibilidad de ejercer la Presidencia del país.

Aun así lo volvió a intentar en el 2012, cuando enfrentó a Enrique Peña Nieto, del PRI. Fue abanderado por el Movimiento Progresista, coalición integrada por el PRD, el PT y Movimiento Ciudadano. Volvió a perder y volvió a impugnar.

La tercera y la vencida


Lejos de afectarle la derrota, AMLO se renueva y con ello su fuerza política da origen a el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), cuya base cívica le da el último impulso como candidato presidencial, el necesario para ganar con más de 30 millones de votos.

Con las banderas de Morena, el PT y el Partido Encuentro Social (PES) forma la coalición “Juntos Haremos Historia” y el peso del voto millennial, finalmente consigue más del 53 por ciento de la preferencia electoral de este año.

Derrota a Ricardo Anaya Cortés, del PAN; José Antonio Meade Kuribreña, del PRI, Jaime Rodríguez Calderón, el independiente exgobernador de NL, y Margarita Zavala, también independiente y esposa del expresidente Felipe Calderón.

Tras 12 años de lucha por el poder AMLO escribe historia con una campaña política que se basa en el combate a la corrupción, el problema más palpable en las institución mexicana. A partir de ahora, los casi seis años que ejercerá como mandatario serán vitales para justificar este largo recorrido en su carrera política y definirá si su aspiración realmente rendirá frutos para esta nación.

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