La actual administración municipal tiene el firme propósito de sanear las filas de la Dirección General de Tránsito Municipal, esto quedó demostrado con las recientes manifestaciones que concluyeron con el arresto de, por lo menos 25 elementos de vialidad que, aparentemente se inconformaron por las ordenes giradas por el actual director, Sergio Almaraz, en las que le está dando prioridad a colocarlos en los principales cruceros de la ciudad para darle agilidad al tráfico vehicular, cosa que es muy necesario en nuestra ciudad, dado el alto número de vehículos que conforman el padrón vehicular, que ronda, según estimaciones, más de medio millón de unidades automotoras.

Lo anterior indicaría que los elementos de tránsito que se dedican a obtener recursos extra vía las dadivas recibidas de parte de algunos automovilistas que, por evitarse la molestia de acudir hasta las oficinas de la referida corporación a pagar la correspondiente multa, la cual, sale más cara que darle para las aguas a los elementos de tránsito, optan por entregar una cantidad de efectivo; obviamente que no todos los agentes actúan de forma deshonesta, los hay que, efectivamente cumplen con su deber, lo malo es que por unos la paga todo la corporación.

También es necesario reconocer que para que exista corrupción se requieren de dos partes una; la autoridad y otra; el conductor o conductora que al cometer una falta al reglamento de tránsito prefiere ofrecer o aceptar pagar una cantidad de dinero que le permita continuar su camino, sin perder tanto tiempo.

Sin embargo esto de ofrecer o acceder a entregar dinero a los oficiales de tránsito que se presten es una práctica que se ve ya como algo común, es decir, hay gente que incluso no tiene la más mínima intensión de pagar una multa, sino que está acostumbrado a dar la famosa mordida, y es tan frecuente que hasta gente de bien, lo hace, y hay casos en los que cuando los oficiales van a proceder conforme lo marca el reglamento, es decir, aplicar la multa que corresponde, simplemente le hacen el ofrecimiento y en caso de que el agente se niegue, le insisten a tal grado que casi le piden de favor que les acepte el pago. Y es en esos casos en los que, si el oficial cumple al pie de la letra con el reglamento, puede proceder contra el conductor aplicándole una sanción más severa por el intento de cohecho, lo que eleva de forma importante el monto de la multa; hay casos en los que la falta por ofrecer dinero a la autoridad representa tal sanción que se puede llevar detenida a la persona, por lo mismo mi cuestionamiento, ¿Qué ocurrirá en estos casos?, por ejemplo con las amas de casa que caigan en este supuesto, ¿se les llevarán detenidas, pese a que posiblemente van por sus hijos a la escuela, o a surtir sus despensa? A lo que voy con esto es que no se trata de delincuentes, sino como le decía, de personas de bien que, por lo mismo, no merecerían ser detenidas o aplicarles una sanción muy severa.

Esos escenarios simplemente se ven lejanos en la situación en la que estamos, pero que si de verdad se pretende sanear una corporación como tránsito, se tendrá que aplicar el reglamento como es, y a partir de ahí que se genere la conciencia de que, tanto el que recibe un dinero por omitir la aplicación de una multa como el que lo ofrece, caen en la comisión de un delito y esa deberá de ser la idea…

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