La corrupción lleva infinitos disfraces. Frank Herbert, periodista norteamericano.

Aunque betabeles, ya nos anda porque no llega el 1o. de diciembre y se inicie la cuarta transformación que tanto le urge al país y que tanto ha prometido don Juan "Ya sabes quién" Tenorio, mejor conocido como er Peje; pues antes de cerrar nuestros ojitos, queremos ver algo de esa transformación si es que se da, porque de corrupción e impunidad, ya estamos hasta aquí y tú amable lectora (or) de qué estas hasta aquí.

Como anduvimos toda la semana trabajando duramente en el campo, perdimos el hilo de la noticia, pero seguidores de la misma, nos encontramos con que... Entregarán más de tres mil placas a transporte público, según lo señaló la semana pasada, doña Laura Marín Franco, quien cobra en el gobierno, como titular de la oficina de Recaudación de Rentas.

En total serán tres mil quinientos juegos de placas metálicas de las cuales un mil, serán para el transporte urbano y dos mil quinientas, para el personal de la industria maquiladora y hasta aquí, todo bien, todo correcto como dijo Heriberto, todo, en apariencia, se ve transparente, claro, diáfano, cristalino y demás sinónimos que se os venga a la mente ¡joder!.

Sin embargo, una duda de inmediato nos asaltó: Estas placas serán entregadas a nuevos concesionarios o a la misma mafia priísta que por muchos años se adueñó de este servicio, donde ruedan por esas calles bachentas de Dios, viles chatarras que en verano, no tienen calefacción y los pasajeros se rostizan y en invierno, solamente los calienta el calor humano, sin que haya habido, a lo largo del tiempo, autoridad, que dignifique este transporte en beneficio de quienes lo usan diariamente o bien, se concesione a la iniciativa privada, para ver si las cosas cambian, aunque cobren un poquitín más.

Desde luego que las calles de esta H. Ciudad Juárez, dados sus encantadores baches, no está como para que transite un transporte urbano de lujo, pero sí un transporte digno, porque al parecer, los concesionarios de siempre, no entienden que su chatarra, no transporta ganado, sino personas, seres humanos, que al subirse a esos ataúdes rodantes, encomiendan su alma, no solo al Creador, sino también a todos los Santos.

Doña Laura tiene una oportunidad de oro, para iniciar la primera transformación de esta, La Mejor Frontera de México, entregando esos miles de placas metálicas a empresarios transportistas que deberas piensen en los usuarios y sentados con la autoridad municipal y estatal, solucionen de una vez por todas, el problema del pésimo servicio que el transporte urbano brinda a los fronterizos del Bravo. Vale.

Por.- Cuauhtémoc Monreal Rocha

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