México.- La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación a autoridades de salud por un caso de violencia obstétrica y violación al derecho a la protección de la salud con motivo de una inadecuada atención médica en agravio de una mujer y su recién nacido.
El documento fue dirigido luego de que la mujer, con más de 40 semanas de embarazo, se presentó en el Hospital de Gineco-Obstetricia N°. 4 “Luis Castelazo Ayala”, donde le fue realizado un ultrasonido y se determinó su ingreso a labor de parto.
Para ello le suministraron medicamentos para facilitar el grado de dilatación, lo que no se logró, y pese a ello la labor de parto seguía en proceso, refirió en un comunicado el órgano autónomo.
Ante los dolores, la mujer solicitó al médico le practicara una operación cesárea, obteniendo respuesta negativa con la explicación de que sería mejor el parto de forma natural; luego un médico tomó una pinza y un cómodo para realizar el rompimiento de la fuente; introdujo una mano y con la otra presionó el abdomen hacia abajo.
El organismo informó que personal médico repitió el procedimiento en tres ocasiones y continuaron los tactos vaginales hasta que informaron a la mujer que el producto cambió de posición; que era imposible que naciera en forma natural y sería llevada al quirófano para practicarle la operación solicitada.
Durante la intervención, los médicos realizaron varias maniobras para sacar al bebé que al salir no lloró; por lo que doctores informaron que el recién nacido estaba grave y lo llevarían a terapia intensiva.
En el escrito de queja, un familiar de la mujer refirió que el recién nacido tuvo crisis convulsiva debido a inflamación del cerebro, presentaba fractura craneal, hematomas y cúmulo de sangre entre el cráneo y la piel, por lo que fue trasladado a la Unidad Médica de Alta Especialidad del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI.
Ante los hechos, la CNDH integró el expediente de queja, realizó las diligencias para el esclarecimiento de los hechos y advirtió omisiones en la atención médica del parto, que tuvieron como consecuencia daños neurológicos en el bebé, además de que puede verse afectado en la función del lenguaje y a nivel cognitivo.
Al final de sus investigaciones, la CNDH encontró elementos de suficientes que acreditan que con la inadecuada atención médica se ejerció violencia obstétrica y se violó el derecho humano a la protección a la salud en agravio de ambas víctimas, así como el derecho a una vida libre de violencia obstétrica.
Por ello, pide al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se repare integralmente el daño de madre e hijo y se les inscriba en el Registro Nacional de Víctimas para que tengan acceso, en lo conducente, al Fondo de Ayuda, Asistencia y Reparación Integral, conforme a la ley de la materia.
Así como proporcionar a la mujer atención psicológica profesional que necesite, y al bebé la atención médica especializada que requiera, con carácter vitalicio, y en su caso, incluir la provisión de medicamentos para que pueda alcanzar el disfrute del nivel de salud más alto posible como consecuencia de los daños sufridos.
De igual forma, y en caso de requerirlo, se brinde a la madre acceso a los servicios gratuitos de guardería y cuidado acordes con sus necesidades particulares; se le garantice el acceso a servicios e instituciones para incentivar el desarrollo social y educativo, así como de sus capacidades física, mental, cognitiva, social y vocacional, y otros servicios que sean necesarios.
Para el cumplimiento de dichas medidas, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos precisó que la autoridad responsable deberá constituir, en el plazo de seis meses, un fideicomiso, y colaborar con la Comisión en la queja que presente ante el Órgano Interno de Control del IMSS contra el personal médico responsable.
