Ciudad Juárez.- México está muchos pasos atrás en la inclusión de personas con Síndrome de Down, la principal razón es la falta de centros educativos, es por ello que se han creado centros de terapia privados, como es el caso del Centro de Desarrollo Educativo Educare 21, que tiene como finalidad brindarle al niño o joven con discapacidad las herramientas necesarias para su aprendizaje, desarrollo e inclusión.
“Los capacitamos en habilidades educativas, cognitivas, que esto es muy importante, y en las habilidades socio-adaptativas que es una formación desde papá, mamá, la familia, donde le damos las herramientas, empoderamos a los niños para que puedan incluirse no solamente en una escuela, si no en cualquier ámbito social”, explicó Cynthia Reygada Talamás, terapeuta del centro.
Señala que todo niño que nace con Síndrome de Down debe estar en estimulación temprana a partir de los 45 días, esto con el fin de poder ayudarle y darle un desarrollo óptimo.
“Sabemos que uno de los detalles es que nace con hipotonía muscular, es decir que sus músculos son flácidos, entonces necesitamos empezar a reforzar sus músculos, a trabajar con él. Y a trabajar desde lo cognitivo, desarrollo motor, fino grueso y muchas habilidades que necesitan”.
Sin embargo, afirma que nunca es tarde, pues pese a que a mayor edad se convierte en un reto más grande aprender, “tienen mucha capacidad para llegar a ser grandes cosas y lo que ellos decidan ser todo está en nosotros como padres, en nosotros está el límite”.
Cuando se trata de un niño más grande, primero se le hace una evaluación para ver cómo viene, partiendo de ahí se establecen las bases de aprendizaje, para luego llevarlos a la lectura, escritura, a un conocimiento de matemáticas.
Cynthia Reygada resalta los temores como principal factor para que los padres de familia no busquen de manera temprana educación especializada para sus hijos.
“Son temores personales, son los propios límites que tenemos como padres, yo siempre expreso a las familias que están en nuestro centro a trabajar un proceso donde salgan del duelo, cuando tenemos un hijo con discapacidad vivimos un duelo, lo queramos aceptar o no”.
Resalta que en este proceso la clave es el trabajo en conjunto, “una frase que yo aprendí y ahora la he adoptado es 'llorando y trabajando', hay veces que lloramos y es cosa de limpiarse la lágrima pero es seguir adelante”.
“Yo hablo acerca de los servicios que ofrezco, pero siempre comprometo a los padres porque yo creo que por las vivencias que he tenido de tener un hija con Síndrome de Down me he dado cuenta que sin el trabajo de los padres es bien difícil que el hijo pueda alcanzar metas”.
"ANTES DE TERAPEUTA, SOY MADRE"
“Nace desde hace mucho tiempo, tengo una hija con Síndrome de Down ahorita, actualmente tiene 12 años, en este caminar con mi hija me di cuenta de la necesidad de aprender, empoderarme para ayudarla”.
“Estamos embarazadas y tenemos expectativa, cuando nos dicen que tiene Síndrome de Down tenemos un shock emocional y mental y comenzamos un proceso de duelo en el que es bien esencial acudir a ayuda terapéutica en el que podamos convivir con otras familias que han vivido lo mismo y poder caminar en ese proceso que cada quién lo vive en su tiempo”.
Agregó: “les hago la invitación a trabajar con nuestros hijos, nuestro centro de terapias tiene las puertas abiertas para ustedes, el tiempo apremia no podemos dejar un día sin trabajar y ayudarlos a crecer hacia propósitos que ellos tienen”.
