Inclusión con vocación ¡aprendamos LSM!
Foto: Valeria Goche

Ciudad Juárez.- Hablar en lenguaje de señas mexicanas (LSM) representa algo más que una necesidad para quienes enfrentan alguna discapacidad, principalmente sordera; se trata de un amigable paso hacia una sociedad incluyente.

En 2015, el Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad (Conadis) estimó que en el país hay 7.7 millones de personas con discapacidad, de las que más de un millón son sordas.

Sandra Jáquez, es miembro de la Agencia de Intérpretes de Lenguaje de Señas Mexicana Paso del Norte S. C.; abogada de profesión, cree que la comunidad debería avanzar, empezando por las instituciones, hacia aprender este lenguaje y brindarle a la comunidad sorda el acceso a los trámites, servicios y derechos que tienen.

Además, considera que si la comunidad en general aprendiera lo básico, como saludos y algunas preguntas e indicaciones, al momento de interactuar con una persona sorda, la comunicación será mucho más fácil para ambos, en un entendimiento mutuo del que ambos interlocutores se pueden beneficiar.

“En el seguro, hay videos en Facebook de que llegan las personas y no las pueden atender, o si alguien en la calle te habla y te pregunta… Que no te asuste, todos podemos hacer lo básico ‘hola’, ‘gracias’, ‘¿qué necesitas?’, lo fácil y que ya lo puedas canalizar.

Sí pienso que se puede lograr, poquito a poquito”, subrayó.

Este año 2018, el municipio de Juárez comenzó a utilizar los servicios de la agencia donde Sandra Trabaja para interpretar las sesiones de Cabildo, y sobre eso la joven profesionista comentó que es un gran inicio y que las personas se irán acostumbrando.

Además, comentó que en la Unidad Administrativa Benito Juárez se busca contar con algún intérprete de planta a fin de brindar, a las personas que lo necesiten, la atención que se le puede dar a cualquier otra persona.

“Lo que buscamos es que tengan acceso a sus derechos, porque me tocó atender a un sordo (cuando trabajaba) en Fiscalía, porque apoco ellos no sufren de delitos, la escuela, la salud… No todos los sordos van a la escuela. Imagínate, todo eso”.

Añadió que se pretende enseñar a los empleados municipales ciertas cuestiones básicas para lograr este objetivo.

Pero el efecto más grande, será que la comunidad sorda de la ciudad dejará de ser invisible.

Explicó que ocurre lo que antes pasaba con las personas con alguna discapacidad, como el Síndrome de Down; se trataba de un tema delicado para las familias y a estas personas no se les veía en la calle, situación que ha cambiado por completo y actualmente es común interactuar con ellos en sociedad.

“No son tan poquitas (las personas sordas) como pensamos, o no estamos excentos nosotros de tener una discapacidad así, yo conozco dos sordos que perdieron el oído por un accidente.

Entonces, no sabemos si nos pueda pasar a nosotros y, por qué no, tener más herramientas de comunicarnos con ellos (…) Qué padre que tú te puedas comunicar con él, incluirlo en las pláticas, pedirle algún consejo como cualquier persona”, puntualizó.

Apuntó que, hasta cierto punto, conocer lo básico del lenguaje de señas resultaría práctico y cambiaría la visión de la gente sobre las personas con discapacidad auditiva.

Sandra explicó que la oferta para aprender lenguaje de señas mexicanas en Ciudad Juárez no es muy amplia, pero existe y enfatizó en que aprender, sin tener la necesidad, es una cuestión de vocación y gusto.

Aceptó que ello no necesariamente, o de manera inmediata, redituará en lo económico, ya que de momento las empresas no buscan intérpretes (que es parte del campo en el que se podría ingresar a trabajar) como lo hacen con personas que hablen, por ejemplo, alemán o inglés.

“Por ejemplo si aprendes alemán para trabajar en la maquila, pues ahí sí es muy redituable, o inglés, y dices ‘ah, pues ya me consigo un trabajo o un mejor puesto’… y en las señas le inviertes… y para que salga lo que le invertiste a lo mejor es más difícil, tiene que haber vocación, no cualquiera puede aprenderlo.

Porque si tu fin es recuperar lo que invertiste, de momento no va a pasar. Es algo de vocación, lo haces con el corazón y con gusto”, enfatizó.

Explicó que las opciones para aprender en Ciudad Juárez son relativamente limitadas, aunque consideró el costo accesible.

En esta frontera no existe una escuela para sordos como tal, pero, por ejemplo, la Unión de Sordos del Estado de Chihuahua opera en la ciudad y ofrece clases a través de su presidenta, Dina Salgado.

La mujer brinda sus clases en el Parque Central los sábados, y abre cursos aproximadamente cada 3 meses, con un costo de mil 500 pesos.

Por otra parte, Sandra agregó que uno de los diplomados que realizó tuvo un costo de 3 mil 600 pesos, del cual obtuvo certificado de la Secretaría de Educación Pública.

Indicó que en su momento también tomó talleres a través de la oferta de Artes y Oficios de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, sin embargo este curso desapareció de la currícula.

Para ella, la LSM llegó a su vida para quedarse a través de un caso que atendió en la Fiscalía General del Estado, cuando un joven sordo fue víctima de robo de vehículo; en la necesidad de entenderse con él, se encontró con Dina Salgado y, aunque el juicio terminó, su inquietud por aprender apenas había despertado.

“Sorprendí a los familiares de este joven, me vieron como la abogada de Fiscalía, pero cuando vieron en Facebook que hicimos un curso, me llamaron y una mujer me dijo: ‘¿tú fuiste la que ayudó a mi hermano?, muy sorprendida.

Que ella viera que yo estaba involucrada en esto fue un hito, aunque yo no fuera sorda, conocí a su familia y todo lo que vi en su entorno es lo que me motivó a entrar”, relató a RevistaNet.

Finalizó al señalar que el LSM es un importante plus que cualquier persona puede agregarle a su vida, con el que, además de aprender algo nuevo, se trabajará a la par por que las personas con discapacidad se sientan cada vez más parte de la sociedad.

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