Es de todos conocido que los niveles de inseguridad y violencia que estamos padeciendo en nuestra querida Ciudad Juárez, se están elevando de forma preocupante, y las cifras no nos dejan mentir, pues en lo que va de este mes los asesinatos rondan los 90, números oficiales que no se ocultan, como algunas personas que posiblemente, como diría un compañero, “viven debajo de las rocas” y por lo mismo se atreven a afirmar, como si tuvieran la verdad absoluta, que con las anteriores autoridades se ocultaba la cifra de asesinatos violentos, como si de verdad eso se pudiera hacer hoy en día, sobre todo con tanta gente que se la pasa grabando hasta los incidentes más insignificantes para de inmediato subirlos a su cuenta y que todos se enteren, y a decir verdad en esta frontera siempre se han dado a conocer los incidentes violentos, incluso eso se le llegó a recriminar a los medios de comunicación en Juárez, pues algunos funcionarios y empresarios expresaban que lo único que se hacía con publicar las ejecuciones, era asustar a la población y darnos mala fama, como si el hecho de que no se diera a conocer alguna información diera como resultado que los crímenes desaparecieran; y esta situación de informar oportunamente, no ocurre en otros lugares como con nuestros vecinos, mismos que se limitan a publicar accidentes o incidentes menores que en nada afectan la tranquilidad de sus ciudadanos.

Esto se lo comento por el comentario que soltó Cristina Cunningham, presidenta, de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (CANIRAC) en el sentido de que el creciente índice de crímenes no está provocando que los comensales dejen de asistir a los distintos restaurantes de nuestra frontera, lo que Cunningham interpreta como que, la gente ya se está acostumbrando al clima de inseguridad y por lo mismo no deja de hacer su vida normal, es decir, saliendo a los restaurantes, antros y distintos lugares de esparcimiento con los que contamos.

Y la verdad es que independientemente del hecho de que estemos en medio de la violencia y sigamos nuestra vida normal, no implica que no nos importe o que nos mantengamos indiferentes al problema, sino que no podemos ni debemos permitir que la delincuencia nos mantenga presos de nuestra propia casa, eso no debe ser ya que como ciudadanos, estamos obligados a continuar con la vida cotidiana, por el contrario, resignarnos a que podremos continuar con el ritmo de vida de cada quien, depende de un grupo de delincuentes, para nada es recomendable, así que la recomendación es si preocuparnos, pero también ocuparnos, cuidando de nuestros seres queridos para en la medida de lo posible, no padecer de algún incidente relacionado con la delincuencia.

Muchas veces se ha dicho que somos más las personas de bien que los delincuentes, y por lo mismo, resultaría injusto que este pequeño grupo nos indique qué podemos y no podemos hacer, de eso no se trata, por lo mismo no debemos reaccionar dejando de salir y por el contrario, es necesario continuar con la vida de forma cotidiana, de esta forma se le manda un mensaje a la delincuencia en el sentido de que no somos rehenes de nadie y que efectivamente la anterior ocasión en que logramos salir del clima de inseguridad, fue gracias a la fortaleza de carácter que nos da identidad, y esa debe ser la idea…

Compartir:
Publicidad
Enlaces patrocinados