Seguramente muchos hemos ya escuchado la propuesta laboral del hombre más rico de México, Carlos Slim, quien ha mencionado en algunas oportunidades que para él, una jornada laboral de tres días, por cuatro de descanso sería muy buena tanto para las empresas como para los trabajadores, y la verdad, en el caso de la fuerza laboral, dicho supuesto es bastante atractiva, lo malo es que nadie considera que eso se podría convertir en realidad, ni siquiera en la administración de López Obrador, debido al paradigma que tenemos bien posicionado en la mente colectiva de que, por lo menos, la semana laboral debe ser de seis días, por uno de descanso, mientras que existen otros empleados que tienen la suerte de trabajar solamente cinco días por dos de descanso; situación que funciona pero a medias pues es bien sabido que existen empleados que deciden que dos días de descanso son muy pocos y se toman un tercer día, ausentándose sin motivo aparente regularmente los lunes, hacen el consabido “San Lunes”, por lo mismo en nuestro país los patrones, sabiendo eso prefieren quedarse con lo que marca la ley, que son 48 horas laboradas que se pueden dividir en cinco o seis días, dependiendo de la naturaleza del trabajo.

Lo anterior lo refiero por que una empresa en Nueva Zelanda, acaba de poner a prueba una semana laboral de cuatro días por tres de descanso, la misma la llevó a cabo por espacio de dos meses y los resultados fueron más que satisfactorios para ambas partes, la laboral como la patronal y entre las bondades de esta jornada recortada, por así llamarla, están el incremento en la productividad de los trabajadores, en contraste, el estrés laboral disminuyó y la mayoría de los empleados reportaron una mejora en el balance entre su vida personal y la laboral.

Durante el programa piloto los empleados siguieron recibiendo su mismo sueldo, además de que antes de iniciarlo el 54% del personal manifestó tener buen control en el balance de su vida personal y la laboral, mientras que después de la prueba el porcentaje subió hasta el 78%, por su parte, el estrés bajó un 7% y el compromiso con la empresa también se incrementó en un 20%.

Otro beneficio fue que los empleados preferían enfocarse en sus tareas laborales en lugar de pasar el tiempo en redes sociales u otros distractores.

Según los investigadores que llevaron a cabo la prueba afirman que el éxito de la misma pudiera radicar en que a los empleados se les permitió hacer retroalimentación, con la intensión de saber en qué áreas mejorar.

Las autoridades de Nueva Zelanda consideran que dados los resultados tan positivos, más empresas podrían adoptar este sistema de 4 días laborales por 3 de descanso, ya que, al final de cuentas, les conviene pues se trataría de una prestación muy distinta a las que por ley se otorgan a los empleados y por lo mismo se pueden hacer de las personas más capacitadas y productivas.

Mientras que en nuestro país este esquema seguramente también traería grandes beneficios tanto para empresas como empleados y más en la actualidad en que la generación Millennials se interesa más por darle prioridad a su vida personal, por lo mismo no pretende crear antigüedad en los trabajos, sino probar diversas alternativas, dependiendo de las prestaciones y sobre todo de lo bien que se sienta desempeñando su trabajo, por lo pronto ya existe una empresa dispuesta a romper el paradigma de la semana laboral de 48 horas, veremos cuantas más se le suman, al final de cuentas debemos pensar en un esquema de ganar-ganar, al menos esa debería ser la idea…

Compartir:
Publicidad
Enlaces patrocinados