Ciudad Juárez.- Fue la tarde noche de aquel 15 de julio de 2010 en la esquina de la avenida 16 de Septiembre y Bolivia, cuando un estruendo, fuego, esquirla por todos lados, olor a pólvora, sangre, gritos y muerte, enlutó y marco por siempre a la ciudad.

Quienes vivimos de cerca esa tragedia, el recordarla, despierta múltiples sentimientos encontrados que teníamos ocultos.

Desde mi experiencia vivida de ese terrible acontecimiento, tono inició con un caso de hecho violento en las cercanías de la 16 y Bolivia y la trampa inicio ahí se acercaron como era costumbre en esos hechos, agentes federales, de la fiscalía y policías municipales...

Minutos después reportan un atentado en la esquina de la avenida 26 y Bolivia, mi compañero camarógrafo en Canal 5, Luis Hernández me había dejado en la estación para adelantar el trabajo y fue solo al primero de los hechos mencionados pero de regreso a la estación paso por Bolivia y 16, vio sobre la banqueta a un hombre vestido como policía estaba lesionado de bala y se paró a tomar video, en esos momentos ya habían muchos federales, municipales y agentes de la fiscalía y cerca de ese incidente había un auto Topaz verde al que nadie le tomo importancia y cuando más agentes había cerca, con paramédicos ahí y un médico del sector atendiendo a hombre tirado, se escuchó un estruendo y la tragedia ocurrió.

A distancia hicieron detonar el coche bomba que dejó saldo de cuatro muertos, un paramédico, dos policías y el doctor Guillermo Ortiz Collazo, quien se acercó para tratar de ayudar.

En el momento de la explosión cientos de partículas metálicas de todos tamaños, salieron por los aires, mientras que el auto bomba y una camioneta de la policía federal estaban en llamas.

Las partículas o esquirla, alcanzaron a mucha gente, en total hubieron 15 personas lesionadas y entre ellas mi amigo y camarógrafo Luis Hernández quién al momento de sentirse herido, alcanzo a comunicarse a la estación y todos salimos como relámpagos en su auxilio y a ver lo ocurrido.

Al llegar al sitio de escucharon algunos estruendos más, las llamas en los autos, olor a pólvora, cientos de pedazos del auto por todos lados.

Llegaron más patrullas y ambulancias y las unidades de la policía se usaron para trasladar a los heridos; horas más tarde, pudimos localizar al camarógrafo en un hospital y en semanas se recuperó pero.

Esa herida en su memoria y en el alma siempre está ahí, al igual que en la mente y alma de los sobrevivientes, los dos policías y el médico que lo refiero la vida en ese acto de barbarie que es la explosión de un carro bomba.

Juárez también quedó marcado y es un dolor y recuerdo que siempre estará ahí, en la memoria y por ello, cada 15 de julio, Juárez está de luto.

Publicidad
Enlaces patrocinados