Una vez más estamos frente a las terribles consecuencias de manejar bajo la influencia del alcohol, en esta ocasión esta mala costumbre dejó como saldo la muerte de un bebe de cuatro meses y la de su madre, misma que, a su vez, dejó huérfanos a otros tres pequeños, quienes están delicados de salud por los golpes recibidos durante el accidente junto con su padre, así que esta familia además de padecer por el fallecimiento de la madre de familia y el más pequeño de sus hijos también debe sobrellevar los estragos que les provocó el impacto del choque.

Y es que ya son muchos los accidentes con resultados fatales y pese a ello, algunas personas insisten en manejar con algunas copas encima, lo cual hace que se vuelva más fácil que se pudiera registrar un incidente, pues si estando con los cinco sentidos alertas se registran accidentes, ahora con los reflejos disminuidos, la visión afectada y el cansancio físico, el porcentaje de sufrir un accidente se eleva considerablemente, por eso no se entiende cómo es que hay personas que se aferran a manejar bajo esas condiciones.

En algunos casos la razón de no pagar por un taxi obedece a querer ahorrarse lo que les costaría el servicio, nada más que si se presenta un accidente, ese ahorro queda pulverizado al compararlo con el gasto por la reparación del vehículo o el mobiliario urbano perjudicado, eso en el menor de los caso, ya que si hay lesionados o muertes derivado del accidente, la responsabilidad es mucho mayor, además del cargo de conciencia que a querer o no, se presentará en quien provocó por su necedad.

Por eso cuando personas se quejan de los filtros para detectar conductores ebrios, llamados también “retenes”, con la intensión de que los quiten, la verdad es que pese a que aseguran que son inconstitucionales, nunca vamos a saber que tantas vidas se salvaron precisamente por su aplicación, tampoco sabremos cuantas personas pudieron continuar con su vida de forma cotidiana sin tener que sufrir por una lesión provocada por un atropello. El mismo conductor sacado de circulación jamás sabrá que tanto se ahorró al momento de que los elementos del departamento de transito le aplicaron el alcoholímetro y comprobaron que no debía continuar frente al volante, con todo y las horas que tuvo que pasar en el Centro de Recuperación Cívica Total, (CERECITO), el examen de manejo que obligadamente debió aprobar, más las multas, pues pese a que parece una sanción muy severa, la realidad indica que todo lo anterior no desalienta a los que insisten en retar a la suerte.

También es común que algunas personas se manifiesten en el sentido de que es mejor poner en practica campañas de concientización, antes de aplicar sanciones más severas, ya que al final estas multas convierten a la estrategia de prevención en una acción recaudatoria que aparentemente no ayuda en mucho a solucionar el problema, pero entonces porqué, aunque nos molesten las comparaciones, en El Paso Texas, quien gusta de tomarse unos tragos, se comporta de manera muy respetuosa del reglamento de vialidad, mismo que es mucho más severo que el nuestro pues en caso de detener a un conductor tomado, de entrada lo sacan de circulación, lo meten unas horas a la cárcel, lo exhiben y le aplican una sanción económica que los hace que la piensen más para volver a intentar romper las reglas, por eso mismo es que no se entiende, porque las multas fuerte si funcionan en Estados Unidos y en México no, incluso hay quien afirma que causan un efecto contrario, ya que eso dará como resultado corrupción, pues el conductor ebrio detenido preferirá darle una propina al agente de tránsito para que lo deje continuar su camino, en lugar de que le haga la multa correspondiente; en fin en esto del comportamiento humano es sumamente complicado encontrar las soluciones y más cuando se proponen campañas de concientización que por la buena, nos adviertan de los riesgos de persistir en la desobediencia, ya que está visto que son como “llamadas a misa” y esa de plano no es la idea…

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