La extraña ejecución de la candidata a segunda concejal del municipio de Juchitán, Pamela Terán Pineda, de la fotoperiodista María del Sol Cruz Jarquín y del profesor de la Sección XXII de la CNTE, Adelfo Jiménez Guerra, amenaza convertirse en un escándalo internacional.

Por el estúpido divorcio entre servidores públicos del Gobierno del Estado con los periodistas y medios de comunicación de Oaxaca, pocos funcionarios conocen el sólido prestigio y amplias relaciones internacionales de Soledad Jarquín Edgar, Premio Nacional de Periodismo.

Con todo el derecho del mundo, la madre de la fotoperiodista María del Sol, masacrada de siete balazos, empezó a apoyarse en organismos nacionales e internacionales defensores de los derechos de las mujeres para evitar que el crimen quede impune y se haga justicia.

El triple homicidio escaló ya nacionalmente por sus graves implicaciones con posibles móviles de ajuste de cuentas del crimen organizado, pero también con connotaciones político-electorales que involucran a Manuel Andrés López Obrador (MALO), a la coalición Morena, PT, PES, apoyada por la COCEI, es decir, la verdadera “mafia del poder”.

Los dirigentes de la Coalición Obrero, Campesino, Estudiantil del Istmo, tienen bien ganada fama de asesinar a sus adversarios y enemigos políticos, como lo hizo en 1976 el propio patriarca de esa organización Héctor Sánchez López con el líder regional de la CNC, Juventino Ramírez Vásquez.

Años después, el comandante de la Policía Municipal de Juchitán, Jesús Vicente Vásquez, alias “El Dormis” masacró con sus elementos al ex agente de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), Víctor Jiménez López, alias “Víctor Moro”, acérrimo enemigo de los dirigentes de la COCEI.

En medio de tal contexto, el Fiscal General del Estado, Rubén Vasconcelos Méndez, está obligado a seguir el ejemplo de compromiso con la ley del gobernador Alejandro Murat para que de manera especial los últimos tres crímenes en Juchitán, no queden impunes.

Contra todas las opiniones de malentendida prudencia de sus amigos y colaboradores políticamente correctos para que no acudiera a la funeraria a reiterar su compromiso con la justicia a los padres de la fotoperiodista María del Sol Cruz Jarquín, el gobernador lo hizo.

En las primeras horas de la tarde del pasado 2 de junio, con visión y sensibilidad, Alejandro Murat Hinojosa asistió a la funeraria a presentar sus respetos y más sentido pésame y el de su familia a la periodista Soledad Jarquín, madre de Marisol.

Con dignidad, madurez y civilidad, escuchó las demandas de ¡Justicia!, y de destitución del Secretario de Asuntos Indígenas, Francisco Javier Montero, quien comisionó a Marisol a cubrir la campaña electoral a la alcaldía de Juchitán de su hermano Hageo.

Al mismo tiempo, el mandatario estatal escuchó respetuosamente en silencio las severas expresiones de indignación y hartazgo por el caos que vive Oaxaca por parte de los familiares y amigos, presentes es ese momento en la funeraria.

Horas después, el Coordinador General de Comunicación Social y Vocero del Gobierno del Estado, Alfonso Martínez Córdoba, dio a conocer oficialmente la renuncia del Secretario de Asuntos Indígenas, Francisco Javier Montero López.

En tal sentido, previa exhaustiva investigación, es indispensable que se sancione enérgicamente al Vicefiscal Regional del Istmo de Tehuantepec, Mario Alberto Martínez Pérez, por su evidente, pública y notoria negligente actuación.

Lo mismo debe hacer la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) de la Procuraduría General de la República con la candidatura a la presidencia municipal de la coalición Todos por México integrada por el PRI, PVEM y Panal, Hageo Montero López.

Es un delito electoral claramente tipificado en la ley, utilizar recursos públicos humanos y materiales, a través del trabajo de la fotoperiodista Marisol Cruz Jarquín, comisionada a cubrir la campaña electoral de Hageo Montero López hermano del ex titular de la Secretaría de Asuntos Indígenas (SAI).

Durante diez horas extraña e inexplicablemente, el representante de la institución del Ministerio Público y, por tanto, representante de la sociedad, no acudió a levantar el cadáver de la fotoperiodista María del Sol Cruz Jarquín, quien permaneció tirada en la calle.

Como consecuencia lógica y natural de esta criminal inacción, omisión y clara negligencia, el Vicefiscal Regional del Istmo de Tehuantepec, Mario Alberto Martínez Pérez, no realizó las diligencias a las que legalmente está obligado.

En este sentido, resulta harto condenable que, a pesar de contar el gobierno de Alejandro Murat con el mayor presupuesto en la historia de Oaxaca, las diversas secretarías de despacho y órganos autónomos carezcan del personal y material mínimo indispensable para trabajar. ¿Dónde está el dinero?

La Vicefiscalía de la Región del Istmo de Tehuantepec carece de un vehículo para trasladar los cadáveres a las instalaciones de las funerarias en las que se realiza la necropsia de ley, y los muertos son transportados en las carrozas de las funerarias convirtiéndose en botín de éstas y en fuente de corrupción por los “moches”.

Para tener una idea clara y precisa de la grave irresponsabilidad del Vicefiscal, a continuación reproducimos el grito de dolor de Soledad Jarquín, madre de María del Sol, expresado en su cuenta de Facebook y que justifica el cese del Vicefiscal Mario Alberto Martínez Pérez.

“Tu cuerpo olía a sangre. Sentí frío, estaba sucio y tú estabas con tierra en tu cuerpo, te quité con mis manos la tierra de tu cara y ese amasijo que se hizo con la sangre seca, olorosa, lo que no te pude quitar fueron las siete balas incrustadas en tu cuerpo”.

“Eso no pude. Me llené de rabia. Y en ese momento dejé de llorar para abrazarte y decirte que te vayas tranquila, que me dolerá tu ausencia, ya no voy a tener con quién pelear ni discutir, nuestra afición favorita”.

“Ya no escucharé tus planes y proyectos siempre grandes, siempre esperando una oportunidad, la misma que hoy ya no tienes frente a la vida. Sí te voy a extrañar siempre, siempre me harás falta con tus ojos que se querían comer al mundo y que hoy no pude cerrar parecía que te resistías a dejar de mirar la vida que te arrebataron”.

“Te voy a extrañar con tu irredenta postura, con tu acostumbrado desplante para reírte del mundo, ese que cuestionaste siempre por desigual e injusto. Te van a extrañar porque no habrá más Solecita llevando tortas al hospital civil y pan de cuando en cuando”.

“Te voy a extrañar mi niña, porque una madre sin su hija es vivir con un hueco en el corazón que nada cierra. Te vamos a extrañar quienes te conocimos por tu inmensa alegría y por tu trabajo siempre profesional”.

“No le temo a nada desde aquel día que me dijiste quién y cómo eras, me diste una lección de vida y siempre supe que eras mi maestra. Te quiero niña de ojos vivaces y estarás en mi corazón hasta que volvamos a encontrarnos”.

“No te voy a recordar cómo te encontré hoy, llena de tierra y sangre, no. Te recordaré como mi hija inteligente, indignada y amorosa que fuiste. Así te recordaremos tus hermanitas y toda la familia, como el alma de la fiesta que siempre fuiste. Y sí, mi niña, tu crimen no quedará impune”.

Un día después, en una misiva a los padres de María del Sol Cruz Jarquín, a la sociedad oaxaqueña y al Gobernador del Estado de Oaxaca, el soberbio y majadero ex funcionario Francisco Javier Montero López mintió al intentar justificar la presencia de la fotorreportera en Juchitán, a pesar de ser fanático religioso de la iglesia La Luz del Mundo.

“En reconocimiento a María del Sol Cruz Jarquín, una joven guerrera, con convicciones, coraje, valentía y firmeza, por respeto al dolor de sus padres y a la indignación de una sociedad que clama justicia ante la muerte injustificada de dos mujeres que con su entereza trabajaban para transformar a Oaxaca, me separo del cargo como Secretario de Asuntos Indígenas y me pongo a las órdenes de las autoridades que así lo consideren para que estos crímenes no queden impunes”.

“Soy un hombre de Fe y de valores y como servidor público siempre he actuado en el marco de la legalidad, como padre me duele y clamo también justicia, rechazo los señalamientos que se hacen en mi contra, jamás obligué o condicioné a María del Sol a realizar actividades fuera de las que correspondían al cargo que desempeñaba. María del Sol no era una joven que se quedara callada o se dejara intimidar. Conocía sus derechos, defendía sus sueños y convicciones”.

“Al C. Gobernador del Estado, Alejandro Murat Hinojosa agradezco la confianza dada a mi persona para formar parte de su gabinete, la cual reitero separándome del cargo que me fue dado”.

Además, harto condenable resulta que al margen del más mínimo gesto humano, ningún juchiteco se atrevió a cerrar los ojos de la fotoperiodista María del Sol Cruz Jarquín “para no meterse en problemas”, actitud que refleja la total pérdida de calidad humana de los juchitecos.

Actitud que, a querer o no, guste o no, explica, no justifica la creciente violencia brutal en Juchitán de Zaragoza, considerado el noveno municipio más violento del país. Terrible descomposición política, social, económica y, sobre todo, moral, desde hace casi medio siglo. ¡Dios salve a Oaxaca!

Detrás de la noticia

Alfredo Martínez de Aguilar

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Las opiniones emitidas en esta columna son responsabilidad de quien la escribe y no reflejan necesariamente la línea editorial de este medio.

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