El castigo del embustero es no ser creído aún cuando diga la verdad. Aristóteles, filósofo griego.

El pasado fin de semana, falleció en esta ciudad, la señora madre de nuestro compañero y amigo Roberto Abrego, a quien personalmente le dimos nuestro más sincero y sentido pésame por tan irreparable pérdida. Descanse en paz doña Tomasita, deseándole a toda la respetable familia Abrego, una pronta resignación.

Y ahora regresemos al mundo de los vivos y de los vivillos que no faltan y menos en este tiempo de campañas políticas, donde, para variar, se están derrochando millones y millones de pesos de los dineros del pueblo mexicano, tratando de que los ciudadanos de este país del Cuerno de la Abundancia para unos cuantos, salgan a votar el próximo domingo primero de julio.

No sabemos si los candidotes (tas) a los puestos de elección popular en este 2018, logren convencer a toda la indiada para que salgan a votar y logren, lo que no se menciona en estas campañas, VENCER POR FIN EL ABSTENCIONISMO, enemigo común de todos ellos, porque de que los ciudadanos están hartos de la partidocracia, de la cleptocracia en todos los niveles de gobierno, la impunidad y la inseguridad, no hay que dudarlo.

Mas el cinismo y la desvergüenza, parece que siguen prevaleciendo en el Partido Revolucionario Institucional, pues sus dirigentes y representantes nacionales, distribuidos a lo largo y ancho del territorio nacional, sostienen, según nota periodística, que el PRI, en estas elecciones, va, como en sus mejores tiempos, por EL CARRO COMPLETO, ya que es el mejor partido de México (???). Las interrogaciones son nuestras.

¿Habrá algún mexicano con 2 dedos 2 de frente que crea lo anterior? Todo puede suceder; pero eso de que el tricolor vuelva a ganar unas elecciones con carro completo está muy, pero muy difícil y no porque el PAN, el PRD o Morena, no tengan una pésima imagen dentro del electorado, porque al seguir la escuela priísta, también se corrompieron hasta la médula o si lo prefieren, absolutamente.

Claro que en la época de oro del PRI, cuando existía el famoso corporativismo, ganaba todas las elecciones con carro completo y no le importaba en lo más mínimo el abstencionismo, pues sabían que las elecciones de aquellos tiempos, eran pura farsa y tenían el triunfo asegurado, gracias, precisamente, al susodicho corporativismo; pero en este tiempo de las luces, de la cibernética y alta tecnología, ¿podrán engañar a los mexicanos? Todo puede suceder.

En fin, soñar no cuesta nada. Vale.

Por Cuauhtémoc Monreal Rocha

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