Desafortunadamente todos conocemos historias de personas cercanas que han sido víctimas de una extorsión telefónica, la cual presiona a quien contesta el teléfono amenazándolo con hacerle daño a él o a su familia y para conseguir esto le hacen creer que su casa está vigilada y le mencionan el domicilio y algunos otros detalles como el vehículo que maneja y los nombres de sus familiares, eso le mete mucho miedo al extorsionado por lo mismo en muchas ocasiones no duda en pagar la cantidad que le solicitan, con lo que lo dejan de molestar por un tiempo, por que como ya se dieron cuenta de que si paga, en cuestión de meses o semanas lo vuelven a importunar.

Según las autoridades estas llamadas se hacen desde penales en otras entidades del país, por lo que resulta casi imposible que las amenazas lanzadas a las víctimas se pudieran cumplir pues, de entrada, los delincuentes que las cometen están encerrados, además de que ni siquiera están en la ciudad del afectado, así que lo que recomiendan es escuchar pero no hablar y después denunciar ante la autoridad correspondiente, que en este caso sería la fiscalía estatal, lo malo es que aparentemente estos casos no se investigan y digo aparentemente, por que al menos se sabe de delincuentes a los que hayan localizado en algún penal del país a quien se le agreguen años de prisión a su condena, por el referido delito de extorsión, y por lo mismo esto se sigue presentando sin que se ponga un alto.

Otro tema que también es interesante saber, es porque, pese a que existe la tecnología que no permite que los celulares funcionen en alguna parte en específico, no se instalan en las cárceles de México, lo único que hacen las autoridades es, en ocasiones, entran y esculcan a los reos y sus celdas en busca de estos dispositivos y efectivamente encuentran muchos o al menos eso dicen, y los muestran como parte de lo decomisado, pero el ingreso de los teléfonos móviles se sigue dando y el delito continua por lo que parece que las autoridades no están muy interesadas en prevenir que esto ocurra, porque para otras cosas si le invierten a las cárceles, pero no a los inhibidores de señal celular y así no se va a acabar con el problema nunca.

Así que hace falta que de verdad se ponga a funcionar la tecnología y que poco a poco se termine con la comisión de diversos delitos, o siendo más realistas que se vaya bajando por lo menos la estadística y lograr que nuestro país por lo menos esté libre de tanta delincuencia, que por la impunidad de que gozan simplemente continúan con sus prácticas que afectan y mucho a los ciudadanos de bien.

Es por eso que algunas personas ya cansadas deciden hacer justicia por propia mano, ya que todo tiene un límite y con esa idea en mente se cometen excesos que no deberían de ocurrir como linchamientos.

Mientras que las autoridades se limitan a tratar de advertir a la población que no se deje sorprender y que de inmediato se ponga en contacto con familiares y amigos a los que aparentemente tienen amenazados, además de hacer la denuncia correspondiente, pero como le digo, lo malo de esto es que nada se hace al respecto, cuando la solución es tan fácil como instalar un dispositivo en las cárceles, dado que está comprobado que de ahí es de donde salen esas llamadas; por supuesto que no se puede descartar que eso también ocurre desde domicilios particulares a donde sería más complicado acceder, pero de nuevo con el uso de la tecnología es hasta cierto punto fácil ubicar uno de estos dispositivos móviles, aclarando si de verdad se tiene la intensión de combatir este flagelo, esperemos que en algún momento efectivamente se den golpes a este tipo de delincuencia, y más porque la autoridad cuenta con la tecnología adecuada para hacerlo, la cual usan más para vigilar adversarios políticos y periodistas, que a la delincuencia y esa no es la idea…

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