En nuestro país muy seguido afirmamos que los medios de comunicación producen y programan emisiones que nada aportan a la población y de inmediato enumeran una serie de programas de muy diversos contenidos como la “Rosa de Guadalupe”, programas de chismes muy variados, telenovelas y demás, mismos que como le decía, no contribuyen a el crecimiento del ciudadano, sin embargo si cumplen con la función de entretener y divertir, por lo mismo gozan de gran aceptación entre el público, pero también existen otro tipo de programas que de eso, poca gente se expresa de forma negativa, quizás porque los que se dicen críticos de los contenido no los repudian y por el contrario los elogian y hasta los recomiendan, lo malo es que mucho de lo que transmiten resulta muy negativo y en ocasiones se convierten en apología del crimen, por ejemplo todas las narco novelas que supuestamente revelan datos importantes sobre la corrupción en que está inmersa la nación en la que se desarrolla la historia, en la que por cierto México es una de ellas, y pese a que nada positivo traen esas emisiones hay, como le decía, quienes las recomiendan y en muchas ocasiones son las mismas personas que critican otros contenidos, pero la verdad y siendo muy honestos y objetivos, ¿Qué sentido tiene conocer la vida de los grandes capos del mundo o nuestro país?, para mí la respuesta es muy sencilla, ninguno, pues no pasa de conocer las supuestas hazañas del protagonista en cuestión al que se termina por admirar dadas las cualidades que como líder tiene, y por supuesto que nadie puede negar que efectivamente quien está al frente de una organización de cualquier tipo debe ser alguien con la suficiente capacidad para hacerlo, independientemente de los fines que persiga, sin embargo toda esa capacidad la utilizan con fines negativos.

Otra cosa que revelan, es como le decía, la corrupción que impera en las autoridades donde se desarrolla la historia, la cual resulta indignante, pero no es nada que no se supiera, ya con certeza o por simple intuición, lo que en la práctica desencadena sentimientos negativos, que por simple deducción sabemos que eso no le sirve a nadie y por el contrario lo único que hace es amargarle la existencia, y no se trata de vivir en una burbuja en la que se ignora todo lo negativo que pasa alrededor, sino que, si no vamos a ayudar en nada, porque no podemos o simplemente porque no queremos, de nuevo surge la pregunta, ¿para qué conocer esa información? Y más a sabiendas que se proporciona dentro de una trama argumental a la que se le añaden ciertos aspectos que le den mayor interés y provoquen más emociones al espectador, y como no se trata de ningún reportaje, no importa si la historia se sale mucho de la realidad, pues su propósito no es otro que el entretener, es así como se llevan a la pantalla historias que tienen cierta similitud con lo que está pasando en nuestro país, pero que no necesariamente son ciertas, incluso por el grado de ficción que llevan, nadie puede demandar a los productores pues se trata de una simple historia y cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia como reza una frase muy conocida.

La realidad es que como seres pensantes y con criterio, estamos en todo el derecho de ver y escuchar lo que mejor nos parezca, lo malo de eso es que existe gente que se deja influenciar por esas historias de ficción y lleva esos argumentos a la vida real como si de una verdad absoluta se tratara y no, como realmente es, que surge de la imaginación de uno o más escritores muy talentosos que logran plasmar en sus argumentos una historia que consigue despertar las emociones de la audiencia; objetivo que la gran mayoría de los que están metidos en esa labor tienen en mente, es así como una historia que está basada en hechos de la vida real, pero que no necesariamente se apega plenamente a la misma, consigue que algunas personas quieran u odien a los personajes que aparecen en la misma.

En resumidas cuentas lo ideal es no meter basura a nuestro cerebro y con basura me refiero a todo aquello que genere un sentimiento negativo, lo malo es que como mexicanos, no nos creemos una historia en la que no haya sufrimiento y puede ser que eso sea una realidad contundente, pero ¿para qué meter más preocupaciones ficticias a nuestras vidas si en ocasiones, no se puede lidiar ni con las propias? y esa de plano debería ser la idea…

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