Ciudad Juárez.- Los tiempos han cambiado y los nuevos maestros enfrentan retos difíciles, entre ellos tratar con niños inmersos en la tecnología y con una diferente visión del respeto.
En el mes en que en México se festeja el Día del Maestro, Revista Net platicó con una maestra de primaria de la generación millennial, quien trabaja en una escuela pública.
Cuando de niña soñaba con ser maestra, no sabía que la época en la que a ella le tocaría trabajar sería muy diferente a la que vivió como alumna, aún así, con una gran sonrisa al narrarlo, Yanel asegura que ha sido la mejor decisión de su vida, ya que es maestra por vocación.
A sus 27 años de edad, Yanel Torres Rosales tiene seis de ellos dentro de la docencia, después de que terminó la licenciatura en Intervención Educativa y la maestría en Educación Básica en la Universidad Pedagógica Nacional.
Revista Net (RN): ¿Por qué decidiste ser maestra?
Yanel: Pues desde mi infancia yo tengo nociones de que siempre mi gemela y yo con niños, yo creo ya lo traía desde pequeña, mi mamá nos contaba que nos gustaba estar con los niños, cuidarlos y todo eso y en la preparatoria a mí me llamó más la atención… era como mi pasión estar ahí.
RN: ¿Viste algún ejemplo en alguien, que dijeras “yo quiero ser como él o como ella”?
Yanel: En mis mejores maestros, principalmente maestras, me enfocaba mucho en ellas y yo decía “ay yo de grande quiero ser como ellas” porque tenían esa dedicación, eran maestras que se entregaban a sus alumnos, en este caso a nosotros cuando yo estaba en clase y como veía que ellas se esforzaban por darlo todo en su clase para que nosotros aprendiéramos.
RN: Una vez que viste que se convirtió de un sueño en una realidad, que cumpliste tu meta ¿estas satisfecha tú con ella?
Yanel: ¡Uy sí! Demasiado, yo batallé mucho para entrar al magisterio, fueron cinco años, este va a ser mi primer año en el magisterio en el estado y estoy muy satisfecha, como todo, se empieza desde abajo y fue mi principal motivación también, yo trabajé en un colegio por cinco años y de ahí aprendí a ser lo que es mi profesión en sí, porque una cosa es estar en el estudio y otra estar en la práctica.
RN: Tú que eres de otra generación, que alguna vez te inspiraste en tus maestras ¿qué cosas de ellas dejaste para aplicarlas tú?
Yanel: Una maestra de la universidad siempre me motivó a no rendirme y yo eso se lo dejo a mis alumnos. Por lo regular me han tocado grupos de cuarto y tercero, grupos ya más grandecitos en los que los niños ya entienden y son niños que en estos tiempos es muy difícil, son generaciones que ya no disfrutan, que ya están “comidos” por así decirlo por la tecnología y es muy difícil a un grupo de tercero encaminarlo con nuevos métodos. Las matemáticas por ejemplo, se quieren vencer a la primera multiplicación que uno desarrolla y es un reto trabajar con ese tipo de alumnos y yo siempre trato de poner ejemplos de mis maestros para con ellos… quererlos más que nada.
RN: ¿Cuál será la principal diferencia de los maestros que tú tuviste a los maestros de ahora como tú, a los maestros millennial, en qué ha cambiado la manera en que trabajan?
Yanel: La metodología. Yo aprendí por repetición, por planas, por mucha escritura y era el modelo tradicional, conforme han pasado los años han surgido diferentes modelos, por competencias, ahora por ejemplo el de aprendizajes claves, creo yo que actualmente los maestros somos más preparados en cuestión de tecnología y ahora nosotros podemos impartir las clases a través de la tecnología mediante el juego.
RN: Eso en cuanto a los maestros, y en cuanto a los alumnos ¿sería lo que me platicabas que el reto es que los niños ahora son muy diferentes a los de antes?
Yanel: Si, si veo una diferencia enorme, yo siento que antes los alumnos respetaban, respetaban a sus maestros, respetaban a sus papás, se dedicaban completamente al estudio, eran cumplidos… y ahora no, los alumnos te faltan al respeto; si no sabes controlar el grupo, fácil te faltan al respeto, tienes que empezar desde cero, hay muchas cosas que desde casa deben de reforzar y los padres se olvidan completamente y en la escuela padres de familia han ido a reclamarte hasta que le des modales a sus hijos, y los alumnos no te traen tarea por cualquier pretexto.
RN: Y a parte ¿tú consideras que la tecnología les ha creado alguna dependencia?
Yanel: Si, hasta la lectura simplemente, ya no leen instrucciones porque a todo le mueven, debo decir que por otra parte sí ayuda, porque investigan, aquellos que quieren aprender lo hacen, es impresionante también cuanta cosa hay de aprendizaje que los alumnos lo toman para bien.
RN: Ahorita que mencionabas lo del respeto ¿crees que tiene que ver el hecho de que ya no es tan permitido que un maestro antes te regañaba, te llamaba la atención, era aceptado, pero ahora ya es más condenado que le llames la atención?
Yanel: Es que hoy en día el padre de familia está muy encerrado en su trabajo, ahora al niño no le puedes decir: “guarda silencio, siéntate porque le voy a decir a tu mamá” y el niño: “dile, no te va a hacer caso,” y sí, uno se queja con la mamá y te dicen: “usted es la que no sabe,” nosotros tenemos nuestras bitácoras, nuestros diarios de campo, todo nuestro trabajo se hace bien.
RN: ¿Cuáles son tus principales objetivos como maestra una vez que vayan pasando los años servicio?
Yanel: Seguirme capacitando, preparando para en un futuro seguir siendo excelente, para trasmitirle a los alumnos ese conocimiento de la mejor manera posible y que ellos aprendan, aprendan divirtiéndose y pues también conforme pasen los años, no caer, espero, en ese tradicionalismo, porque sí pasa, a través de los años, este trabajo es muy pesado, es muy monótono y no quiero que en mí pase, seguir superándome personalmente, por ejemplo en el inglés, otros cursos, pero seguir en esa área.
RN: De las experiencias que te ha dejado esta carrera ¿cuáles son algunas de las más significativas, que crees que siempre vayas a recordar?
Yanel: Mi satisfacción personal es haber entrado al magisterio con mi propio esfuerzo, yo concursé y gané una plaza… y con el grupo ha sido con un grupo en colegio, de tercer grado, era el grupo más desastroso que toda escuela pudo haber tenido y los papás te ven muy joven, en ese entonces tenía como 22 años y no sabían qué iba a hacer yo con el grupo, (…) a mi corta edad sufría pero fue un reto que me puso la vida y la satisfacción más grande fue escuchar a los padres de familia decir: “Yo nunca me imaginé que usted así tan joven pudiera hacer esto por mi hijo”, de escuchar de los padres decir: “gracias porque mi hijo cambió, mi hijo ahorita tiene valores, sabe las matemáticas, lee”, muchos cambios que los padres identificaron.
Al contar todas estas experiencias, Yanel asegura que entre más tiempo pasa en las aulas, más comprueba que nació para ser docente y que el amor, no sólo a una profesión, sino a los mismos niños, es la principal herramienta para realizar día a día su trabajo.
