Todo indica que los candidatos y candidatas a los distintos puestos de elección popular no han aprendido la lección o de plano no escuchan ni leen lo que la gente manifiesta a través de los medios de comunicación, redes sociales o de perdida en las pláticas de sobremesa, pues las propuestas aunque suenan muy bonitas, la verdad es que ya en años anteriores hemos escuchado promesas muy similares que nunca llegaron a concretarse y la verdad es que como ciudadanos, debemos ser muy escépticos y sobre todo cuestionar, esto es, no aceptar así nada más sin decir nada, pues si lo hacemos, caemos en el error de no externar el verdadero sentir de buena parte de la población que no está conforme con los resultados de ciertas autoridades y políticos, y esto se lo menciono porque por ejemplo a Andrés Manuel López Obrador se le ha tachado de que sus promesas son populistas, porque son las acciones que la gente quiere escuchar, sin decirnos de qué forma las llevaría a cabo; y por poner un ejemplo, lo que vino a decir a nuestro estado, en el sentido de que reduciría a la mitad el Impuesto al Valor Agregado, IVA, o la disminución en el precio de la gasolina para que quede igual a la que se vende en las estaciones de servicio de Estados Unidos, apoyar a los jóvenes con un ingreso mensual, en lo que consiguen un trabajo, además de crear una zona franca que permita el intercambio de mercancías sin tener que pagar impuestos.

Y pese a que sus adversarios afirman que estas propuestas son populistas, también Ricardo Anaya ofrece lo mismo, y también considera entregar una beca universal para la gente que pierda su empleo, que de universal surgen algunas dudas.

La verdad suena muy bien que pudiera ocurrir en nuestra localidad, sin embargo de eso a que se pueda hacer, ahí está la dificultad, por eso es que mencionaba que se debe cuestionar a quienes traen esas propuestas y más quienes estamos en medios de comunicación ya que tenemos la fortuna de platicar directamente con ellos y lo menos que espera el radioescucha es que los candidatos sean inquiridos sobre como llevarían a cabo tales promesas, e insistir en el tema hasta que la respuesta no deje lugar a dudas de que de verdad, se tiene la intensión de por lo menos, intentar cumplir con la palabra empeñada.

Por qué está visto que de lo que la ciudadanía está harta no es los partidos políticos, sino de que en campaña se les prometa lo que no será, trátese de políticos con o sin partido, y esto es fácil de demostrar, pues AMLO, es el candidato de una coalición de tres partidos y eso para nada le ha bajado puntos en las actuales encuestas, lo que confirma que los partidos no son el problema sino los abanderados; de hecho todas las organizaciones políticas tienen bases bastante positivas de apoyo a la población, lo malo es que nada más se enuncian en sus estatutos pero sin la obligación de llevarlas a cabo, al menos aparentemente, sobre todo tomando en cuenta los resultados que hasta ahora hemos visto de los funcionarios públicos de cualquier nivel, con sus honrosas excepciones.

Otra cosa que tampoco es válida es que el elector prácticamente se case con un partido o candidato y que por lo mismo no quiera darse cuenta de los errores que pudiera estar cometiendo durante su campaña, pues esas actitudes tampoco abonan a mejorar y que los representantes populares entiendan que ya es tiempo de que cambien la estrategia, si es que quieren continuar con su carrera política.

Por lo pronto seguimos en medio de la contienda electoral y hasta el momento y pese a las encuestas no hay nada para nadie, pero si los contendientes continúan con la misma tendencia del prometer no empobrece, cumplir es lo que aniquila, no deben esperar que la gente simplemente les crea y vote en consecuencia, al menos esa es la idea…

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