La Procuraduría Federal de Protección al Consumidor, PROFECO, permanentemente está insistiendo en que debemos aprender a ser consumidores inteligentes y para ello edita una revista mensual en la que ofrece recomendaciones que son realmente útiles incluso para ahorrar dinero o menciona qué productos son de alta calidad por un precio adecuado y entre esos consejos destacan que estemos muy al pendiente de que lo que los establecimientos comerciales nos ofrecen, efectivamente se cumpla y para eso es necesario solicitar el respectivo recibo de compra, documentar una oferta publicada en un medio de comunicación o incluso recurrir a la tecnología de los teléfonos móviles tomando fotografía de la oferta que esta a la vista para que en caso de que se nieguen a hacerla valida, la autoridad pueda intervenir.

Y es que se ha vuelto hasta cierto punto común que sobre todo en las ventas del denominado “El Buen Fin”, se han dado a conocer por medio de redes sociales como los clientes de algún establecimiento exigen se les respete el precio de la etiqueta de ciertos artículos, mismo que es completamente obvio que se trata de un error, pues se han documentado casos de pantallas en diez pesos, estufas y algunos otros artículos en precios que nadie creería que se trata de alguna oferta o especial de liquidación, pues no resultan para nada creíbles, pero aun así los consumidores exigen la presencia de los inspectores de PROFECO para que la tienda que tiene la supuesta oferta, respete el precio marcado. En estos casos incluso hay gente que abusa del error y saca provecho pues no solo quiere un producto sino que toma todos los que puede y se aferra a que le respeten el precio, que si lo vemos fríamente y apegándonos a la ley, todo precio publicado o a la vista debe respetarse.

Pero al margen de las anteriores excepciones, la verdad es que una práctica que es muy común ver en supermercados es que las etiquetas que están en los anaqueles y que se supone muestran los precios en que se vende algún articulo en particular, en ocasiones ya vencieron pero los empleados por alguna razón no los quitan, por lo que cuando el cliente llega a la caja al momento de pasar el código por la registradora resulta con un precio mas elevado, cuando el cliente reclama que ese no es le precio que vio e incluso muestra la fotografía que tomó con su celular, simplemente le dicen que en la misma etiqueta de la fotografía viene un numero que cuando los empleados lo leen le indican al comprador que es la fecha en que terminaba la oferta, por lo que el actual precio es otro, nada más que en ningún lado indica que ese numero al que se refiere el empleado del supermercado es la fecha de terminación de la oferta, pues también se podría interpretar como que a partir de ahí es que comienza a correr ese precio, pues como no dice nada más que el número, bien podría tener una doble interpretación y lo malo es que muchos clientes, nada mas por no perder el tiempo, dejan pasar estos detalles que al final de cuentas le van mermando mas su poder de compra, ya que posiblemente si hubiera sabido el precio original no lo habría llevado.

En fin la PROFECO es muy clara y establece una sanción para los establecimientos que no tengan a la vista los precios, y seguramente también debe ser clara en que si se muestra un precio y no se indica claramente hasta qué fecha está vigente, la obligación es hacerlo valido al cliente ya que el no sabe las formas en que se comunican internamente cada establecimiento y la verdad es que no se trata de engañar a los clientes pues al final de cuentas son ellos quienes hacen llegar los recursos a la empresa que es con lo que se paga a todos sus empleados, por lo mismo se debería de cuidar mas a quien acude a dejar su dinero, al menos esa es la idea…

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